Ser Argentino. Todo sobre Argentina

La típica palabra argentina que tiende a desaparecer

Hay una palabra que nos identifica a los argentinos en el mundo. Sin embargo, al menos en Santa Fe, cada vez se usa menos.

Creo que no hay dudas sobre cuál es esa pequeña palabra tan representativa del ser argentino. Apenas tres letras, combinadas de una manera que solo nosotros hicimos: la c, la h y la e. Así, cuando el breve vocablo sale de nuestras bocas, quien nos escucha adivina rápidamente nuestra procedencia. Tal es la identificación de la palabra che con la argentinidad que los cubanos le cambiaron el nombre a Ernesto Guevara para rebautizarlo con este argentinismo único.

Ahora, en la actualidad, hay una dura verdad respecto de la palabra che. Al menos, voy a limitarme a su uso en el terreno donde me muevo. A la ciudad de Santa Fe. He aquí, entonces, la tesis que voy a exponer en este artículo. La palabra che, en Santa Fe, tiende a desaparecer.

Por más dura que parezca esta verdad, no es más que eso: la verdad. Che no es una expresión tan frecuente en Santa Fe como para que sea considerada sinónimo de la argentinidad. Seguramente lo fue mucho más en otros tiempos. O incluso en otras generaciones. Ahora que lo pienso, mi mamá, por ejemplo, dice mucho más che que yo. Las personas de mi edad y los más jóvenes la usan más en su versión escrita. En redes sociales, por ejemplo. Cuando en un grupo de WhatsApp queremos tomarle el pelo a alguien, usamos frases como “che, avísenle a Luis que ya es hora de levantarse”. Pero, insisto, a la hora de las comunicaciones verbales, su uso disminuye. Y mucho, al menos, insisto, en tierras santafesinas.

Por supuesto que, en un portal dedicado al ser argentino, ya se habló bastante sobre nuestro vocablo más representativo. Así que no los aburriré con reiteraciones, solo un breve repaso para contextualizar.

Y ¿qué dicen en vez de che?

Dicen los estudiosos que las oleadas inmigratorias de finales de siglo XIX y principios del XX le dan a esta palabra un origen complejo. Se cree que esta expresión es en realidad más antigua a la creación de nuestro Estado Nación e incluso se atreven a mencionar que ha sido dicha por árabes, judíos sefardíes y habitantes de Valencia, en España.

También existe la versión que adjudica su posible origen a las comunidades indígenas del norte de nuestro país. En la lengua guaraní che significa "yo" y a su vez se utiliza como el posesivo "mi".

De donde sea que haya llegado, en ningún lado tomó tanta forma el uso de la palabra che como en los conventillos y calles porteñas. Esa usina de palabras argentinas que generó todo un diccionario de lunfardo.

Yo no niego que esta palabra sea un orgullo de los argentinos. Y me encanta decirla. Pero la verdad es que, al menos en Santa Fe, el che está en peligro de extinción. Y no me estoy refiriendo a las ideas del revolucionario rosarino. Hablo de la inevitable extinción de una palabra que es símbolo nacional.

La tesis se justifica simplemente escuchando diálogos santafesinos. En estos intercambios sociales, cuando enfatizamos o queremos llamar la atención de nuestro interlocutor, existe otra interjección que es aún más breve y simple que che. Es una palabra muy pequeña compuesta por solo dos letras: ey.

Así, las conversaciones que se escuchan en Santa Fe incluyen frases como “ey, vieja, acordate de llamar a …”, o “ey, pasame el mate, no te cuelgues”. Y así un sinfín de situaciones cuyo diálogo podría incluir la palabra che, pero no lo hace.

Gracias por tanto, che. Nunca te olvidaremos como emblema del ser argentino.

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