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Ir a la secciónBuenos Aires - - Viernes 27 De Enero
Ya te contamos esta particularidad del habla informal de los santafesinos, principalmente los jóvenes. Aunque nunca hayan estado ni cerca de una cárcel, muchos eligen usar palabras inventadas por los presos. Es el idioma tumbero. En una primera entrega remarcamos el contexto que permitió este fenómeno. Hoy aprovecharemos el espacio para compartir unos cuantos vocablos de este sociolecto mezcla de lunfardo con villero.
Adentro de la cárcel, los procesados y condenados por narcotráfico son tranzas.
Los policías son conocidos como federicos o cobanis.
La palabra merluza quiere decir cocaína.
Una verduga es una mujer.
Se dice que alguien es una mula cuando se dedica a transportar droga.
Ir al biorsi equivale a ir al baño.
Un cachengue es un problema.
Si alguien mira a una mujer con el propósito de mantener relaciones sexuales, está carpuseando.
Aquellos presos que actúan con extrema violencia son conocidos como los cuchillos largos.
Un robo en una casa es un escruche. En cambio, una mujer con escaso atractivo físico es un escracho.
La situación perfecta para cometer un delito se denomina fija.
En el comedor, se pide azúcar diciendo “pasame el brillo”.
Marroco es pan; marrocas, las esposas.
Aplicar mafia: así le llaman a la venganza tumbera, el ajuste de cuentas.
Avioneta: así suelen llamar al preso al que le ordenan apuñalar a otro.
Canutero: el que esconde un objeto o no comparte.
Emplomado: el que aloja balas en su cuerpo producto de tiroteos.
Paloma: bolsa atada con soga que es arrojada hacia afuera del penal, o usando un sistema con hilos, que puede contener objetos o mensajes.
Vaca rayada: leche en polvo.
Venado: preso "cornudo". También lo llaman "pulpo de trapo". Porque tiene ocho patas de lana.
Yantas (llantas): zapatillas. En la actualidad también le dicen así al preso homosexual.
Yompa: pabellón.
Ciertos términos que utilizan los tumberos son demasiado ingeniosos y merecen ser explicados.
Empezamos con el caso de los cobanis, que son los guardiacarceles. Afuera de “la tumba” se les dice así a los policías. Cobani es una de esas expresiones que se forman cuando uno dice una palabra al revés. Esa es una costumbre bien propia del tradicional lunfardo porteño. Entonces, cobani es abanico al revés. Pero ¿por qué abanico? Por el manojo de llaves que lleva el guardiacarcel, cuya forma se puede comparar con ese elemento. ¡Rebuscado el origen! Pero muy original.
El biorsi también tiene la misma lógica, proveniente del alvesre. Pero es hasta más rebuscado. Antes, cuando se preguntaba por el baño, solía decirse: “¿Adónde está el servicio?". De pronunciar “servicio” con las sílabas invertidas, se habría llegado al originalísimo biorsi.
Una palabra nueva que surgió es drone. Así se le dice a los presos que le cuentan sobre todos los movimientos al poronga del pabellón. Los avances tecnológicos y la moda están al día también para los tumberos.
El federico, en cambio, sí es el policía federal. Me costó darme cuenta de por qué federico. Hasta que leí la palabra federal, ja ja.
Vamos al caso del azúcar, a la que llaman brillo. Al parecer, los reclusos se llevaban azúcar del comedor a las celdas y la tiraban en el piso. Cuando se acercaban los guardiacárceles, las botas pisando el azúcar hacían un ruido inconfundible. Si el cobani es astuto, ya puede percibir el brillo de los granos en el suelo.
La verdad que el idioma tumbero tiene muchas expresiones más. Creo que con una tercera entrega estaríamos bien, para dar una base aceptable. Caminando por Santa Fe te puede pasar, tranquilamente, que te cruces a alguien que te hable en tumbero.
Fecha de Publicación: 18/07/2021
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