¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Miércoles 01 De Febrero
Los cordobeses tienen su propio boludo: insulto en sus orígenes, signo de camaradería con el tiempo y muletilla abusiva en la actualidad, el culiado(o culiao) tiene tanta amplitud de connotaciones que sería imposible enumerarlas a todas.
Dicen que su uso se remonta a muchas décadas atrás, cuando quien osaba llamar culiado a otro realmente se estaba metiendo en un lío. No hace falta ni explicar el sentido literal del término: en otras épocas, insinuar que un hombre era homosexual era el peor de los insultos.
Con el tiempo, los tabúes se aflojaron y los tratos se volvieron más relajados. El culiado pasó a ser una forma cariñosa de llamar a un ser querido o, simplemente, una expresión que se utiliza en las circunstancias más variadas.
Veamos algunos ejemplos:
Si nos da alegría encontrarnos con un amigo: “¡Qué hacés, culiado!”.
Si de verdad queremos mucho a alguien: “Te quiero, culiado”.
Si nos cuentan un chiste o una anécdota graciosa: “¡Ja ja! ¡Qué culiado!”.
Si estamos buscando pelea (de verdad): “¿Qué te pasa, culiado?”.
Si nos golpeamos o nos lastimamos: “¡Ay, culiado!”.
Si alguien tiene mucha suerte: “Es un culiado”.
Si alguien no es buena persona: “Es un culiado".
Si alguien hace algo incomprensible: “Es un culiado...”.
¿Cómo distinguir entre un uso y los otros? Con sentido común y actitud perceptiva, seguramente logremos identificar al culiado correcto.
Estamos todos de acuerdo en que la palabra culiado es más que versátil, tanto es así que es difícil determinar cuál es la manera correcta de escribirla.
La lingüista Cristina Dalmagro, directora general del proyecto Las hablas de Córdoba, que registró términos del habla cotidiana en diferentes regiones de la provincia, indicó que la palabra culiado: “Fue una de las palabras que con mayor frecuencia se pronunció en las entrevistas. Es la palabra más nuestra. La gente no la quiere. Hemos comprobado que la gente prefiere no usarla, pero simultáneamente dice escucharla todo el tiempo”.
Para la Real Academia Española no existe un adjetivo similar al del término cordobés culiao o culiado. Según la academia, existe la palabra culear, que significa “mover el culo”, o que la parte trasera de un auto se sacuda o resbale, y también se lo incluye como argentinismo y chilenismo, con el significado de “realizar el coito”.
En el resto de América latina hay países que usan los adjetivos culeado y culiado, y que conjugan los verbos culear y culiar.
Quizá sea Chile el país donde la palabra tiene un uso más similar al cordobés, en su versión culiado, que es como una expresión inculta del término culeado.
En otros países, los significados son más llamativos. Por ejemplo en República Dominicana, culiar significa tener vigilado a alguien. En México, en cambio, la palabra culiar puede significar tanto tener relaciones sexuales como provocar miedo o arrepentirse.
En Puerto Rico, culiar significa bailar de espalda frotando el trasero con el de otra persona.
En Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, El Salvador y Venezuela, se usa el verbo, pero no el adjetivo.
Era el 15 de mayo de 2016. 45 mil personas llenaban el Estadio Kempes a la espera de que el ex Beatle saliera a dar su show. Paul McCartney hizo su entrada triunfal y saludó a su público “Hola culiados” dijo y todo el estadio estalló en aplausos y gritos. Los cordobeses lo habían logrado: hasta los ídolos internacionales conocían el santo y seña para pisar el suelo mediterráneo.
Fecha de Publicación: 18/04/2018
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Ir a la secciónEn realidad, todo esto está muy bien, pero es de diccionario. Hay acentos importantes que deben hacerse. Soy cordobé, no es igual a soy cordobés. Qué hacé culiau, no es igual a la imitación qué hacés culiado. Aquí en Córdoba Capital, si pronuncias mal, no só de acá, rajá, culiau! Y má vale que te vayái o te van.
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