En Córdoba, como en otras provincias, estamos un poco cansados de que nos imiten. Sobre todo de que se rían de nuestra tonada. Pero lo peor de lo peor es cuando nos imitan mal. Para hacer tu versión cordobesa de vos mismo, tenés que seguir un par de pasos. La vamos a hacer bien en criollo, para que se entienda todo a la perfección. Aprendé a hablar cordobés.
1. Para ponerle tonada
- Identificá la sílaba acentuada en la palabra: “eJEmplo”
- Alargá la sílaba anterior a la acentuada: “eeejemplo”
Si la sílaba acentuada es la primera, no hacés nada. Es el principal error que comete un imitador cordobés malo. El alargamiento de las sílabas no se da en cualquier lado. Mesa, árbol, pata: todas esas palabras quedan como están. Porque la primera sílaba es la que lleva el acento.
En términos lingüísticos, el alargamiento se ubicaría en la sílaba pretónica, o sea en la sílaba anterior a la tónica. Pero acá estamos para hacerlo ¡en términos crioios, papá!
2. Para nombrar a las personas
- Agregar un artículo adelante: “La Bianca”, “El Leo”
- Identificar una cualidad de su aspecto físico o su personalidad y ponerle un apodo en base a esto: “Cara e’ poio”, “pelau”
Le ponemos humor a la guía con un chiste cordobesazo:
Dice que estaba un cordobés en el baile y ve a una guasa que lo enamora.
Así que se acerca, empiezan a bailar y él le pregunta su nombre.
Ella le dice: “Adiviná, empieza con L”.
Él empieza a tirar nombres para ver si adivina: Leonor, Lucía, Ludmila, Lorena.
Y ella contestaba: “No, no, no”. El tipo no le pegaba en ninguno.
Hasta que se rindió y ella decidió contarle su nombre: su nombre era “La Norma”.
3. Las letras que no se nombran
En Córdoba nos gusta comernos un par de letras. Esto facilita la pronunciación y nos ahorra un montón de tiempo. Te contamos cuáles letras no esisten en Córdoba.
- No pronunciar la “s” final: la borramo del mapa
- No pronunciar “x” o la combinación “cs”: no esiste.
- No pronunciar la “c” adelante de una “t”: si la pronunciás, es un defeto. ¡Ojito en este punto! Cuando la sílaba acentuada precede a la “ct”, se pronuncia. Doctor es dotor, pero Docta es docta. Contacto es contato, pero tacto es tacto. ¿Tamo?
4. Para pronunciar como se debe
- Tenés que cambiar las letras “y” o “ll” que se pronuncian “sh”, por una “i” si querés ser bien cordobés. Para aprender este cambio fonético hay un jueguito de palabras que puede ayudarte:
“Io me iamo iesica iolanda, vivo en la caie iapeiú, tomo iogur de frutiia y voy a la plaia con maia amariia”
¡Ojito! Cuando la i se junta con la “ll”, como en el caso de frutilla y amarilla, el sonido vocálico se extiende un poco más, suplantando los dos fonemas.
Cabe aclarar que muchas personas reniegan de este rasgo identitario de la lengua cordobesa. Por lo que la suplantan o corrigen por una “y” medio vibrante, que genera un sonido intermedio entre el “sho” y el “io”. En lingüística a este fenómeno se lo conoce como yeísmo o zeísmo, respectivamente.
- Tenés que dejar de pronunciar la “r” tal como la conocías
Y sí, ser cordobés implica un poco dejar de lado algunas cosas preestablecidas. La “r” pasa a pronunciarse como una “eshe”. Así, las palabras perro, ropa, fierro, quedan como pesho, shopa y fiesho, si sos cordobés. De todas formas, se trata de un sonido intermedio como la “y” medio vibrante que te presentamos más arriba.
5. Para aumentativos
- Agregar todos los aumentativos que sea posible. Desde el sufijo “azo/aza” hasta el aumentativo “ononón”. Porque en Córdoba somos exageradazos y enfatizamos las frases un montononón.
- Agregar todos los conectores made in Córdoba que se te ocurran.
Ejemplos de conectores: qué se yo (quisió), digamo, osea, ehte, vite, ponele y de ahí (y’deay), maomeno, avece, nosabí, sabequé, por ahí (poráy), tonce y miles más.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.