¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Lunes 27 De Marzo
Aún no había pasado la gran estrella del deporte, Leo Messi, a recoger su merecido The Best FIFA Football Awards, coronando una carrera, ahora al fin, indiscutible. En una premiación teñida de celeste y blanco, por primera vez en todas las ternas principales masculinas competían compatriotas, Emiliano “Dibu” Martínez y Lionel Scaloni ya nos habían emocionado hasta las lágrimas con el ADN de potrero que triunfa en el mundo entero. Entre bambalinas, se acercó Gianni Infantino a Carlos Pascual, y el presidente del máximo organismo del fútbol no pudo resistirse a la foto con el bombo más famoso de la Argentina. Y con ese hombre, el Tula, que hace más de 50 años, 13 Mundiales, viene alentando a la blanquiceleste. La fiesta se estaba preparando en la lujosa noche francesa y detonó unos minutos después ante los ojos de millones de televidentes. Porque apareció este humilde hincha, quizá el más emblemático en cancha y manifestaciones, e hizo sonar eso que mejor hace. La voz del pueblo. Porque en nuestro país, el bombo, no es de un partido, ni de una ideología, menos de una barra, es una de las manifestaciones más genuinas populares. Vamos, vamos, argentinos.
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"Como argentino estoy muy contento porque nos llevamos todos los premios. El Dibu, Scaloni, Messi -aún faltaba pero era la corazonda del Tula, que se concretó en la premiación pasada en el Palacio Pleyes de París-. Yo como hincha estoy muy contento porque soy el primer bombo. Alemania 1974. Desde ese día histórico para acá estuve en todos los Mundiales y Copas América. Y la satisfacción que me dio la Argentina no tiene precio. Estuve en las tres veces que fuimos campeones del mundo, pero en esta última oportunidad que nos dios el mejor jugador del mundo, Messi, el mejor entrenador, Scaloni, y el mejor arquero, Dibu, es emocionante", alcanzó a decir Carlos, rosarino de nacimiento, actual vecino de Lomas de Zamora. Y mirando sobre los trajes de diseñador y los relojes de última generación, "A esta altura, a los 82 años, estuve en todos lados. Soy pobre, pero viaje por todo el mundo. Soy un hincha más que vengo a representar a los miles de argentinos que estuvimos alentando a nuestra querida Selección y a los millones que festejaron el triunfo. Argentina estaba triste y nos dieron una alegría inmensa", concluyó antes de batir el parche, atronando uno de los clásicos de tribunas patentado en el Mundial 78.
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Con Tula emergió también la grieta. Desde aquellos que consideraron un deshonor y “mala imagen” del país, y su gente, a otros que vieron una reivindicación de la cultura del “aguante” Ni lo uno ni lo otro. Acostumbrados a la trinchera diaria no escucharon el mensaje de este hombre que se acordó de su patria “triste”, que renació con una alegría de 5 millones de hermanos en la calle, aquel histórico diciembre de 2022. Tampoco comprendieron que en Tula, y su bombo, se baten las profundas luchas y alegrías que jalonaron la historia reciente, desde los triunfos deportivos a las marchas por la paz en la Guerra de Malvinas.
Algunos que valoraban el gesto popular del Tula, vestido de jogging y una camiseta de segunda, zapatos gastados y saco de liquidación, renegaban del pasado de Pascual, ligado a los actos del presidente Carlos Menem. Y olvidaron que Tula es fruto de las contradicciones y las iluminaciones cotidianas, baches y cumbres. Como cuando en 1974, a la vuelta del Mundial de Alemania, se propuso juntar a los barras bravas y negociar el “fin de violencia en el fútbol” Obviamente no funcionó en la época brava de “Milanesa, en San Lorenzo; del Hijo del Payador Bustamante, en Ñuls; de Quique el Carnicero, antes del Abuelo, en Boca”, recordaba para el diario La Capital de Rosario. Pero tampoco funcionaron los masterplanes de los políticos ni de los especialistas doctorados. Tula, antes, lo hizo.
"Canaya, peronista de Perón y Evita, hincha de la selección argentina y ahora también del Papa Francisco" se define este abanderado de la hinchada argentina, que si bien nunca logró explicar el financiamiento de la cantidad de viajes y estadías, ni en la época de oro de los noventa con 14 músicos detrás suyo, vive de manera humilde con una pensión por invalidez.
Con un pasado de ayudante de portería e infinitas changas, el Tula desde los diez años tuvo de único norte tocar el bombo, que lo había encandilado en un acto peronista de los cincuenta. “En el año ‘50 en el Congreso Eucarístico que se hizo en Rosario le dí la mano a la más grande, a Evita -hoy sonríe en su instrumento inamovible junto a Maradona y Messi-, y después mi viejo me cagó a cintazos por tocar el bombo porque odiaba a Perón y a Evita, a los dos juntos”, recordó a Marcelo Chibotta de conclusión.com.ar. Eso no lo amilanó, bombo en mano, y marcó Pascual el ritmo de la hinchada de Rosario Central, los canayas, durante quince abriles. Por aquellos años surgió un encuentro que cambiaría la vida. Y haría ingresar al Tula definitivamente a la galería de personajes populares.
“Yo invitaba a firmar el bombo que le daría a -Juan- Perón a cambio de una ayuda económica. Con lo que recaudé me fui”, señala Tula de aquel viaje en 1971, aún con el peronismo proscripto, para estrechar la mano del líder justicialista, en un acto de rebeldía política en momentos que podía ir preso. No importó. “Viajé en barco, en tercera, con el bombo repleto de firmas de hinchas de Central, jugadores, sindicalistas, comerciantes. Llegué a la casa, golpeé la puerta y me estaban esperando Perón y -José Ignacio- Rucci. Se me aflojaron las piernas. Rucci le explicó a Perón que yo era hincha de Central y peronista. Me firmó una foto para mí y otra para la hinchada. Fue un año increíble: conocí a Perón y salimos campeones con Central”, redondeaba la anécdota a la periodista rosarina Lucía Vilche, de La Capital, en 2015.
En otras entrevistas Pascual recuerda que Perón, antes de estrechar la mano, dijo “así que usted es el mentado Tula”, sellando el pacto del bombista con la gran masa peronista. Oficialmente, el bombo fue justicialista, aunque hoy en día es difícil que algún reclamo, o fiesta argentina, no cuente con este instrumento. Y Tula, otra vez, lo hizo.
Otro momento importante fue en Alemania 1974, su primer Mundial, ya que Carlos considera que “fui el primer bombo que entró en un campeonato mundial. Hice reportajes para todo el mundo, salí en todos los diarios más famosos del mundo. Después de cuatro años, en el 78, todo el mundo copió mi bombo, todo el mundo tocaba el bombo. Imaginate el orgullo para mí, pero el primer bombo de la historia del mundo soy yo. El segundo fue Manolo, que murió hace poco pobrecito. Manolo el de España, era famoso”, aseguró a infobae.com en Qatar 2022. Souq Waqif, el corazón turístico de Doha, estaba repleto de argentinos, en el mágico mes del torneo que coronó a Messi y Compañía, y los banderazos no arrancaban sin Tula, de pie o en silla de ruedas, con la asistencia del enigmático ruso Yuri, su amigo desde Rusia 2018. Y al final de esa entrevista con Roi Tamagni del medio digital, antes de los cuartos de final de la Copa, el Tula exclamba, “Primero la patria, segundo el movimiento, por último el hombre. Y para mí primero están la República Argentina y mi Selección. He tocado y me he roto todas las manos. Mirá cómo tengo la pierna, voy a tocar contra Países Bajos aunque no tendría que estar tocando. Debería estar internado, pero sigo tocando por Argentina, lo mío es una pasión”. Una cosa que es difícil de explicar para quienes no entienden que las grandes pasiones que nos unen se alimentan de los desconocidos de siempre. Que hoy se llamó Tula recibiendo el Premio a la Mejor Hinchada del Mundo.
Antes del Mundial 2014, la espina clavada en los hinchas argentinos, la selección fue a visitar al Papa Francisco. Los guardias suizos no dejaron franquear a Pascual más allá de la Sala Clementina en el Vaticano. Y los desafío el santafesino: “Ustedes pregúntenle al Papa si yo puedo entrar". “Pero que pase el Tula” fue la orden del Sumo Pontífice, que bendijo el bombo, y dijo 'Gracias al Tula que le mete fiesta'” Y ahí, nomás, con fuerza y amor, empezó a sonar el bombo en Roma como en París. Vamos, vamos, Argentina, vamos a ganar.
Imágenes: Télam
Fecha de Publicación: 05/03/2023
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