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Sopla el viento Zonda: terror en Mendoza

Es un fenómeno natural bastante peligroso. Pero, para los mendocinos, alerta de Zonda quiere decir “peligro mortal inminente”. No es tan así.

El viento Zonda es un fenómeno característico de la zona central y oeste de nuestro país. Pero, sobre todo, de Mendoza. Como se ha mencionado, es un viento que viene desde el oeste. Seco, cálido, caliente, levanta tierra, hojas, quita visibilidad, despierta nuestras peores alergias, tira árboles, rompe autos, genera incendios y, en algún caso, ha provocado la muerte de algún desprevenido o desafortunado.

Meteorológicamente, pero también de manera coloquial, podemos explicar que es un viento que viene desde el océano Pacífico y que, al cruzar la Cordillera de Los Andes, los cambios de presión atmosférica hacen que el aire húmedo y fresco se quede “del otro lado”, dejando pasar solo el aire seco y caliente para “este lado”.

Su impacto en la sociedad

Todo lo que se ha mencionado anteriormente es objetivamente cierto. Sin embargo, acá estamos para describir la actitud del mendocino promedio frente al alerta por viento Zonda que suele emitir en Mendoza el Servicio Meteorológico Nacional unas 3 o 4 veces al mes. Concretándose en la realidad una o ninguna. Partiendo de esa base es que es importante analizar el fenómeno de sobrepreocupación que se genera en la buena gente mendocina.

“Che, va a correr zonda”, se escucha que dice algún vecino. A quien se lo dijo otro vecino, que lo escuchó de una señora en la cola del supermercado que lo escuchó en el informativo de la mañana. Y, entonces, teléfono descompuesto mediante, lo que quizás era la posibilidad de vientos leves del sector sur, ya para el bueno de nuestro vecino pasó a ser: alerta de zonda.

Acá es cuando empieza el terror. Lo primero es agarrase la cabeza y recordar que no cerramos las ventanas de casa. Entonces será un mar de tierra cuando volvamos. Después, encerrarse puertas adentro. Guardar el auto. No vaya a ser cosa que el temible viento tire las ramas de un árbol y estas aplasten el coche.

Otra actitud es la que se toma frente a la actividad física: descartada. Aun cuando se está en alerta, y cuando las estadísticas marcan que lo más probable es que no sople nunca. Pero ya el nene no fue a entrenar o, inclusive, los equipos de primera suspenden sus partidos.

Siempre quedan bien parados

Los meteorólogos. ¿Cuándo? El día después. Es que ya pasó la noche, el Zonda nunca sopló, y entonces ellos dicen que “sopló en altura. Nunca bajó al llano”. Otra típica frase que merodea las anécdotas del viento Zonda. Quiere decir algo así como que el aire caliente estuvo suspendido en el cielo y nunca bajó a nuestras casas, calles, plazas y ciudades. Entonces la temperatura se elevó, pero nunca sopló el temible viento que nos atrincheró, en vano, a todos.

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