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Ir a la secciónBuenos Aires - - Lunes 27 De Marzo
En la Argentina estamos habituados a convivir con la corrupción, la avivada, el sálvese quien pueda y otro tipo de actitudes deshonestas que —tristemente— ya forman parte de nuestra cultura. Sin embargo, eso no quiere decir que estemos de acuerdo con esas conductas. Al menos, no la mayoría de nosotros. Así lo demuestra un reciente estudio que puso el foco en el vínculo de los argentinos y la honestidad.
Se trata de un relevamiento llevado adelante por Horus Inteligencia Cognitiva, que indagó en la concepción de los argentinos sobre la idea de honestidad, en contraposición con la máxima que afirma que “el fin justifica los medios”. Participaron del estudio 7594 personas de todo el país, con distintos rangos etarios, clases sociales, niveles educativos y ocupaciones.
Para realizar la investigación, la consultora se valió del Test Pilares, que utiliza técnicas de Programación Neurolingüística (PNL) con el objetivo de medir tendencias cualitativas referidas a creencias, valores, emociones, comportamientos y conductas relevantes que determinan la opinión de un público objetivo.
En líneas generales, el informe muestra que los argentinos están mayormente en contra de las actitudes deshonestas, y que un contexto desfavorable no justifica ese tipo de conductas. Por ejemplo, el 63% de los encuestados se manifestó en contra de la creencia de que "todas las personas tienen un precio", a la vez que el 72% sostiene que "preferiría pasar hambre antes de hacer algo que no corresponde".
El concepto de honestidad está fuertemente ligado al accionar de la clase política; por ese motivo, una de las cuestiones que abordó la investigación estuvo relacionada con la siguiente afirmación: “Considero mejor un gobernante deshonesto, antes que un gobernante inoperante”. El 65% de los participantes del test se mostró en contra de esa sentencia, mientras que el 35% se mostró a favor. Quienes afirmaron que la honestidad debería prevalecer sobre todo son, en un 74%, mayores de 40 años y con estudios superiores.
En el mismo sentido, el 62% de los encuestados considera que es imposible que un líder deshonesto pueda alcanzar las expectativas y los objetivos de las personas a las que lidera. Además, el 89% afirmó que cree que aquellas personas que se sacrificaron por una sociedad menos corrupta son dignas de “admiración y ejemplo”.
Otra de las situaciones de corrupción cotidianas con las que nos cruzamos constantemente los argentinos tiene que ver con el desempeño policial. Al respecto, frente a la afirmación “no critico al oficial que te pide una compensación para no aplicar una multa, el sistema lo lleva a eso por sus malas condiciones salariales”, el 71% de los consultados manifestó su rechazo, mientras un 29% mostró su aprobación.
La creencia popular sostiene que, frente a determinadas situaciones, el fin justifica los medios. Es decir, que son válidas las conductas deshonestas si el motivo que las incita es lo suficientemente fuerte. ¿Ponemos nuestros intereses individuales por sobre los colectivos?
Esteban Neme, socio de Horus, analizó los resultados del estudio al respecto de esta cuestión: “Resulta interesante destacar que, cuando se indaga en los participantes sobre la importancia de la honestidad a nivel individual, el 67% se posicionó más afín a contemplar la honestidad por sobre otras acciones que prioricen alcanzar el fin sin importar el medio para lograrlo”. Además, aclaro que “cuando se indagó sobre la mirada social, el 65% mostró inclinación para pensar una sociedad con actitudes y cualidades más honestas, incluso frente a situaciones más externas donde un 83% encuentra inaceptable que una empresa evada impuestos”.
A pesar de sostener que la honestidad es una prioridad para ellos, gran parte de los encuestados reconoce que las actitudes deshonestas son moneda corriente en nuestra sociedad. El 74% cree que la gente valora más sus propios intereses que la honestidad; por lo tanto, para que actúen como corresponde, es necesario que tengan miedo a las consecuencias de los actos deshonestos.
A su vez, el 60% de los participantes afirmó estar de acuerdo con el hecho de que “criticar a una empresa que, a través de sus contactos, logró contratos con el estado, es hipócrita. Cualquiera que tuviera la oportunidad lo haría”.
Al menos en la teoría, la relación entre la honestidad y los argentinos parece tener bases sólidas. El 71% de los consultados no estuvo de acuerdo con la idea de que la honestidad solo se le puede exigir a aquellas personas que tienen sus necesidades básicas cubiertas. Según ellos, no hay excusas para la falta de sinceridad.
De todas maneras, aunque las opiniones de los encuestados son terminantes, desde Horus sostienen que “cuando existen intereses individuales en juego, este pilar social puede sufrir algún descenso en la escala de valores”.
Imágenes: Horus Inteligencia Cognitiva / Freepik
Fecha de Publicación: 10/11/2022
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