En épocas de crisis y de ajuste de cinturones, hay ciertas cosas que se dejan de lado y otras que permanecen a pesar de todo. La costumbre de tomar mate, entre los argentinos, es prácticamente sagrada y es muy poco probable que la abandonemos, aunque la situación se complique.
De hecho, durante la pandemia, cuando tuvimos que dejar de compartir la infusión por cuestiones sanitarias, el consumo de yerba alcanzó un récord histórico de 282,8 millones de kilogramos: en 2021, el consumo en kilos por persona pasó de 5,9 a 6,17. Además, se incrementó un 1,5% interanual en el primer trimestre de este año y llegó hasta los 67,9 millones de kilogramos, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Sin embargo, más allá de este incremento que se atribuye a la necesidad de utilizar más de un mate en cada “mateada” —y, por consiguiente, más yerba—, habría otro motivo por el cual las personas están consumiendo cada vez más esta infusión. En una entrevista con la agencia de noticias española EFE, el gerente comercial de la empresa CBSé, Gustavo Redondo, afirmó que muchas personas toman mate para reemplazar alguna de las comidas principales.
“Mucha gente ha sustituido un almuerzo o una cena con mates con alfajor, en el mejor de los casos, bizcochos de grasa o galletitas. Hacen una comida fuerte, o a la noche o al mediodía, y después lo reemplazan también con el mate cocido”, comentó Redondo. Según afirma el gerente de la empresa yerbatera, debido a la crisis, las personas estarían utilizando el consumo de mate como una estrategia para “sentirse llenas” y ahorrarse una de las comidas del día.
Con una inflación que día a día va disminuyendo el poder adquisitivo de los argentinos, no sería de extrañar que ciertos sectores de la población deban achicar gastos salteándose una comida, lo cual proyecta un triste panorama sobre la situación económica actual.
La crisis en la industria yerbatera
De acuerdo con Redondo, “el mate resiste culturalmente”, con una penetración de un 94% en los hogares argentinos. De todas formas, a pesar de que las ventas de yerba siguen creciendo, la industria se encuentra en un escenario económico complicado debido a la competencia que también está en aumento. Con más de 200 marcas en el mercado, y en la situación de crisis actual que vive la sociedad, una pequeña diferencia en el precio puede hacer que una persona elija una etiqueta por sobre otra: “A veces tenés que ser mejor que antes para que no te cambie por diez pesos”, afirmó Redondo.
Además de esto, hay otros factores que amenazan la estabilidad de la industria yerbatera: la sequía en la cosecha de este año y los importantes incendios que tuvieron lugar en Corrientes, una de las provincias con más plantaciones de yerba mate.
En 2021, se produjeron 882,09 millones de kilos, un volumen suficiente para abastecer el consumo interno y las exportaciones este año, de acuerdo con el INYM. Al día de hoy, la Argentina es el principal productor y exportador de yerba mate en el mundo. En 2021, se exportaron 35,5 millones de kilogramos de yerba mate, que tuvieron como destinos principales a Siria, Chile, España, Estados Unidos, Líbano y Francia. Además, se oficializó el primer envío a la India y el primer local exclusivo en Vietnam.
De acuerdo con Redondo, “si bien siempre fue un negocio nostálgico” de los expatriados, “los jugadores de fútbol nos han dado mucha mano porque andan con su termo y mate debajo del brazo y lo pusieron de moda. Gracias a los futbolistas como Antoine Griezmann, Lionel Messi y Luis Suárez, es cool tomar mate”.
Sin embargo, la preocupación está puesta en lo que pasará en 2023. Sucede que, además de las sequías y los incendios, debido a las restricciones cambiarias será complicado acceder a importaciones de otros países —como Paraguay y Brasil, donde la materia prima es más barata— para suplir los faltantes, como sucedió en 2020, cuando se importaron unos de 31 millones de kilos de yerba, y en 2021, cuando ingresaron alrededor de 26 millones de kilos más.
Un panorama complicado para la sociedad argentina y para la industria yerbatera. Pero, pase lo que pase, el mate siempre será una prioridad para los argentinos.
Imagen: Pixabay
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.