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La pueblada de Cutral Có y Plaza Huíncul: el desenlace

Enterate cómo fue que triunfaron las protestas de los vecinos de "Cutral y Plaza", un hito en la identidad de este conglomerado urbano.

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Te contamos cómo empezó el estallido social y cuáles fueron los creativos y solidarios métodos de los vecinos de Cutral - Plaza.

 

SUPE vs. Aramburu

El congelamiento salarial, una devaluación que impacto en el bolsillo de los asalariados, la eliminación de los subsidios a los artículos de primera necesidad fueron algunos de los mecanismos que dieron paso a una distribución regresiva del ingreso. Por supuesto que esto golpeó fuerte a las arcas provinciales de Neuquén. El territorio nacional iniciaba la experiencia post-peronista con una caída de la inversión y una menor demanda laboral. Sus efectos  pronto se hicieron sentir: La respuesta autoritaria no hizo más que tensar la soga y sembrar las semillas de futuros enfrentamientos.

En este marco, SUPE a nivel nacional inició el reclamo ante las autoridades Ypefeanas, con un pliego que incluía, entre otros puntos, un aumento salarial de $800, reincorporación del personal cesante por cuestiones políticas y restauración del servicio asistencial. Las autoridades respondieron con una pobre contrapropuesta, que fue rechazada en todo el territorio nacional.  La amenaza de parar la producción y comenzar una huelga tenía cita para el 17 de febrero. El plazo, creían, era más que suficiente para que el gobierno y las autoridades competentes mejoren lo propuesto. Sin embargo, la respuesta gubernamental fue un decreto de tintes despóticos, en el que obligaba a los trabajadores en huelga a acatar las ordenes de las autoridades de YPF

El paro

La huelga comenzó pacíficamente y, como se podía imaginar, la militarización de las localidades Cutral Có y Plaza Huincul no tardó en acontecer. El jefe del Regimiento 10 de Infantería de Covunco, Andrés Pont Lezica, se hizo cargo de la situación: el octágono dejaba de ser un área productiva y se convertía en una zona militarizada.

Pueblada

La llegada del ejército marcó un punto de inflexión. Ese clima pacífico de las primeras horas de huelga, se rompió cuando un operativo militar se apoderó de la comarca petrolera. El resultado fue una mancha negra en la historia neuquina: la sede del SUPE había sido ocupada y más de trescientos trabajadores habían sido detenidos. El pueblo sintió el acoso y la invasión militar y no se quedó de brazos cruzados. Prácticamente todo los sectores se sumaron a la huelga.

Cutral y Plaza 1 - Militares 0

Reunidos en la plaza San Martín con banderas, carteles y cánticos, Cutral Có y Plaza Huincul demostraron su fuerza y unidad. Los militares, junto al cuerpo de bomberos, intentaron dispersar la manifestación apagando las fogatas que los vecinos habían encendido durante la noche. En esas circunstancias se dio el primer choque: los manifestantes repelieron la agresión con piedras y cortaron las mangueras de la autobomba.  Para que no se multiplicaran las muestras de hostilidad, el oficial a cargo dispuso el traslado de los detenidos al Cine Petroleum y luego a la ciudad de Neuquén. Esta decisión no hizo más que profundizar la protesta.

Pueblada

La volantería y folletería propiciadas por los vecinos fue clave en la lucha de aquel febrero de 1958. El papel necesario para su elaboración fue suministrado por comerciantes que se habían plegado a la protesta. El cura de Cutral Có, Ernesto Zsantos, mostró su apoyo cediendo el resto de la maquinaria necesaria para imprimir los volantes. Una vez impresos, éstos eran llevados a lugares a priori inofensivos, como la iglesia o una pizzería, donde funcionaban centros clandestinos de distribución.Cuando la presencia militar se intensificaba, eran los niños, mujeres y ancianas quienes se encargaban de entregarlos casa por casa. Con la calles ocupadas por los militares, los volantes evitaban que la desmoralización se apoderara de los huelguistas y daban contenido ideológico a la protesta.

Algunos vecinos vaciaron sus aljibes para alojar a los trabajadores de YPF. Otros cedieron sus sótanos para albergar un número de huelguistas que, en ocasiones, se contaba por decenas.  El fluido dialogo entre el SUPE y los petroleros privados también rindió sus frutos. Con el octágono fiscal bajo la atenta mirada de Pont Lezica, el campamento de Esso albergó a muchos obreros, quienes eran ingresados con el uniforme del personal de la compañía norteamericana.

Las formas cotidianas de resistencia se complementaron con manifestaciones abiertas y marchas. El ritual comenzaba en la plaza San Martín de Cutral Có y culminaba en el Campamento Uno de Plaza Huincul, donde se pedían explicaciones al administrador de YPF y al encargado del operativo militar. Con los trabajadores detenidos o escondidos, las mujeres y los niños cumplieron un papel estelar en estas movilizaciones. Algunas prácticas llevadas a cabo por los manifestantes no dejan de llamar la atención. Para evitar que se desatara la represión, los manifestantes llevaban consigo banderas argentinas de guerra, dado que, según un extendido rumor, ellas no podían ser objeto de ataques. La marcha más importante, el 19 de febrero, congregó -según la prensa- cerca de mil manifestantes y fue encabezada por los párrocos de la comarca petrolera (Zsantos y Urrutia).

El reclamo salarial quedó pequeño al lado de lo que los vecinos y vecinas de Cutral y Plaza habían logrado: fue el primer paso para forjar una identidad inédita en la provincia. La sensación, según testimonios de la época, era que nadie podría volver a meter la mano en el bolsillo de esta comunidad. Así, el objetivo del gobierno nacional de llegar a las elecciones en paz, fracasó rotundamente. Los paros simultáneos de cuatro sectores (bancarios, construcción, petroleros y parcialmente ferroviarios) se conjugaron para que eso no ocurriera. El voto en blanco y el apoyo de Perón a Frondizi marcaron un nuevo tiempo en la política nacional y estas dos localidades no volverían a ser las mismas después de aquel febrero de 1958.

Los escasos resultados de la estrategia represiva, empujaron al gobierno a decidirse por el diálogo. La primera señal fue levantar el decreto que establecía la ilegalidad de las medidas de fuerza. Con este alto al fuego, comenzaron las reuniones entre el SUPE e YPF que concluyeron con un acuerdo preliminar el 4 de marzo.

 

Fecha de Publicación: 17/02/2021

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