A partir del siglo X, con la difusión de las justas y torneos que tuvieron su origen en Alemania y se extendieron rápidamente en el resto de Europa, las armerías empezaron a volverse señales de honor y nobleza, que trascendían a la posteridad pasando de padres a hijos. Los usos de escudos, antes sólo para una cuestión de defensa en combate, se regularizaron, institucionalizaron y perfeccionaron en los siguientes tres siglos de autoridad real sobre los señores. Es decir, el otorgamiento de los escudos dependía de la autoridad del rey.
Más o menos así va la historia de los escudos en nuestro tiempo y en la actualidad, los de nuestro país tienen todos una historia que contar. Desde las smbologías divinas, y las heráldicas misteriosas pasando por la presencia de la naturaleza desde variadas visiones; los escudos provinciales son y serán una representación de cómo es el local en cada rincón del país.
Para contarte qué muestran estas insignias, empezamos por el último en incorporarse y el más austral de todos: el escudo de Tierra del Fuego.
Al ser la última de las provincias en incorporarse al país tal cual lo conocemos, Tierra del Fuego cuenta con escudo propio recién desde 1992. Antes de esa fecha, allí se usó el escudo nacional a partir del establecimiento de las autoridades nacionales en el territorio, en 1884. Una vez incorporada como provincia, y siguiendo unánime el deseo de contar, al igual que las restantes, con su propio blasón, hacia fines de 1992 se llamó a un concurso para la creación del primer escudo provincial. En las bases de este, se estableció que el escudo y su simbología deberían tener en cuenta el espíritu del pueblo fueguino, su historia, tradición, cultura, ubicación geográfica, soberanía y recursos naturales. Realizado el concurso, el 17 de diciembre del mismo año, la Legislatura de la Provincia sanciono la Ley N°61, promulgada el día 24, en la cual se expresa el significado del primer escudo fueguino.
La ganadora fue la autora Rosana Giménez y el seudónimo del dibujo fue “Kewel”. La descripción oficial de la Secretaria de Gobierno y Trabajo, con fecha 4 de febrero de 1993, cita en cuanto a la heráldica:
Forma de ovalo: sobre el campo de azur-celeste, trae en el centro y jefe, un sol naciente de oro, de diez rayos en forma de barras rígidas irregulares, resaltado, en su base, por una montaña nevada en las cumbres, con las laderas de sable, sobre el mar que rodea todos los ámbitos de la provincia, sombreado de sable. En punta cuatro pingüinos emperador de su color natural, dos de ellos mirando a la diestra y dos a la siniestra. Por ornamento exterior, una corona oval de fuego, con cinco llamas de gules a cada lado, abierta en la base. Ornamentos: una gran cartelera con forma de un albatros azur, estilizado y contornado, con las alas abiertas en actitud de volar, y el plumaje entreabierto.
Y, sobre la simbología del escudo, indica:
Resalta el ave, tan abundante en la región, en su actitud de vuelo. El fuego, cerrándolo todo, como el elemento que acompaña desde sus orígenes a los habitantes. El sol. Astro rey, simboliza la totalidad del hombre. La montaña nevada, característica de la región cercana a la cordillera. El agua, elemento presente en los cuatro puntos cardinales y el pingüino, como ejemplar representativo de la fauna austral.
Comunicador social en proceso, lo cual es igual a ser licenciado en casi todo. Neuquino aporteñado, pero con las raíces bien afirmadas. Fanático de conocer lugares, gente y comidas.