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El Robin Hood tucumano

Nacido hace más de 100 años, Bazán frías, conocido como el Robin Hood tucumano, es todo un mito que crece con los años.

Andrés Bazán Frías nació en un barrio humilde de la capital tucumana a finales del siglo XIX. El “manco”, como era conocido desde su juventud, trabajó durante su niñez y adolescencia, primero ayudando a su padre y después como mozo. Pero algo en él cambió y dejó las bandejas de lado y se inclinó por el delito. Hoy, en el norte es recordado como el Robin Hood tucumano y muchos visitan su santuario para pedir protección.

Su historia de delincuencia

Se dice que las injusticias sociales y la pobreza, sumado a un contexto de violencia que se vivía en esos años, hicieron que Bazán Frías empezara a robar. Comenzó a realizar atracos a mano armada junto con su amigo Martín Leiva por la zona de la ex Estación Central Córdoba en la provincia de Tucumán. Pero lo curioso de la historia es que, según cuentan, Andrés se encargaba de repartir lo que conseguía en los barrios más humildes. Con el tiempo se fueron sumando historias y el mito de que él robaba para la gente con pocos recursos, que en esa época proliferaba en las afueras de la capital tucumana. 

Estuvo detenido en la cárcel y, cansado de los malos tratos y las golpizas, decidió escapar. Una noche, junto con su compañero y armados de revólveres, se abrieron paso entre los guardias y así llegaron a la puerta. Bazán logró escapar matando al subteniente Juan Cuezzo de un balazo.

Tiempo después, en 1923, y tras unos meses escondido, fue liquidado por la Policía cuando intentaba trepar un muro del Cementerio del Oeste.

Bazán Frías está enterrado en el Cementerio del Norte, lugar de descanso final de las clases populares tucumanas. Convertido en una suerte ladrón de los humildes, para algunos es un santo popular, con su tumba repleta de agradecimientos y pedidos. Bazán Frías es hoy el “santo de los presos” e incluso muchos van a su santuario a pedir deseos.

Bazán Frías: Elogio del crimen

Un grupo de documentalistas del grupo “Cine Bandido”, encabezado por Lucas García y Juan Mascaró, se metió en una cárcel tucumana (Villa Urquiza) para recrear la historia del mítico delincuente organizando un taller con los reclusos que dio como resultado la película Bazán Frías: Elogio del crimen, que se estrenó el año pasado y que ahora está disponible en YouTube (apta para mayores de 16 años). En el film se juntan la historia de Bazán y la de los propios presos que se encargan de recrearla en una especie de casting y producción de la época.

Los internos hablan en primera persona de las penurias de la cárcel, hablan desde su soledad, también de la relación con los otros presos. Tienen voz y eso es lo interesante. Plantean cosas desde su visión, cuentan sus historias de vida. Un documental que interpela desde lo más profundo de la cárcel. Podés mirarla gratis en YouTube:

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