El qué dirán

¿Quién dijo que a los argentinos no nos interesa El qué dirán?

Obvio que sí. No hay modo que nos resbale lo que se dice por ahí o lo que se hable sobre nosotros. Ah! ¿No? En la mirada introspectiva, basta con revisar el éxito ininterrumpido que tuvieron Rial o Marcelo en la TV. En la que el chimento garpa, tanto como el interés que despierta la réplica de las noticias en la plana de los medios internacionales.

Guste o no, solemos ser carne de cañón. Por el virtuosismo o por lo defectuoso. La grandeza del 10 en la cancha o por sus conductas inapropiadas fuera de ella. El talento de Charly o por la caída desde el “nové nové”. Por la humildad de Jorge Mario o por la soberbia autosuficiente de Carlos o Cristina. Y como éstos, miles de ejemplos. Para acabar inevitablemente en la mirada de un mundo que hace lupa en la riqueza natural de nuestra tierra. Contrastando con la vergonzosa pobreza del granero del mundo.

Durante el siglo pasado y por muchos años fuimos la envidia de Sudamérica. Nos destacábamos en educación, en salud, en lo social, en cultura, arte, deporte… Hoy nos destacamos en corrupción, en deuda, en inseguridad, en hambre y riesgo país…

El mundo ya no espera nada de nosotros. No compra el reconocido “lo atamos con alambre”. Ni el festejo de los goles con la mano, ni la euforia del Congreso por no asumir las deudas contraídas. A sabiendas de que solo recuperaremos el crédito y la confianza en la medida que eliminemos las chicanas y traigamos los millones para invertirlos en nuestro país.

El mundo nos mira de reojo. El VAR y el FMI fiscalizan las faltas y los desvíos para que dejemos de parecer y seamos. Es hora de arremangamos y ponernos manos a la obra en un esfuerzo conjunto y a largo plazo, pero honestamente. Quizás en unos años, ojalá pronto, logremos revertir esa imagen opacada.

Después de todo, ¡somos expertos en revertir crisis!