El hambre no distingue

En un mundo cada vez más diverso, hay algo que todos los seres que habitamos este planeta necesitamos: comer. Ni más ni menos. Para quienes son creyentes, Dios existe para todos por igual. Así lo ve el papa Francisco, que recientemente envió ayuda a un grupo de transexuales latinoamericanos de Roma que se quedaron sin clientes por la pandemia del coronavirus.

La crisis afecta a todos. Ante la situación actual que está atravesando Italia, un grupo de transexuales no tuvo otro remedio que acudir a una iglesia para pedir ayuda. Allí los recibió Andrea Conocchia, el párroco de la localidad litoral romana de Torvaianica. Él comenzó a ayudarlos, tanto en lo económico como en lo espiritual.

El grupo está compuesto por personas de Perú, Colombia y Argentina. El párroco los animó a que le escribieran al papa, que es latinoamericano al igual que ellos. Y así lo hicieron: le contaron quiénes eran, cómo habían sido sus vidas y la situación que estaban pasando actualmente.

Para su sorpresa, tiempo después en enviar las cartas, recibieron una visita: el cardenal polaco Konrad Krajewski, el limosnero papal, le alcanzó víveres y dinero. Krajewski es conocido como "el Robin Hood del papa”, porque el año pasado infringió la ley al ayudar a restablecer la luz eléctrica en un edificio ocupado por diversas familias. Además, suele salir de noche con una camioneta a repartir ayuda a los sin techo de Roma.

“Es cierto que los hemos ayudado: Vengan a mí, todos ustedes, que están fatigados y oprimidos, y los refrescaré, dice Jesús. Es el Evangelio. Estas personas son seres humanos que tenían hambre. Y todos somos hijos de Dios", explicó Krajevski.

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