¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónCuando hablás de un cordobés, hablás de cuarteto y fernet. Sin embargo, muchas veces se olvida la pluralidad cultural que habita toda la extensión del territorio. No solo tomamos fernet, también hacemos licores artesanales con nuestras hierbas nativas, por ejemplo. O producimos infusiones, postres y comidas regionales. En el último tiempo, desarrollamos una amplia variedad de cervezas artesanales de sello cordobés. Sin embargo, el cordobés es igual a fernet. Así como se reduce todo la carta de cocktails cordobeses al fernet, se reduce toda la industria cuartetera al Potro Rodrigo.
Y, a decir verdad, Rodrigo no es tan escuchado en estas tierras. Es admirado, sí. Recordado y venerado, sí. Por su trayectoria, por su triunfo, su carisma y su trágico final. Sin embargo, el cuarteto cordobés tiene una amplia gama de opciones que no lo incluyen.
El imaginario que se tiene sobre el cordobés es tomando arremangau en la vereda, escuchando al Potro. Pero no. Las playlists que se escuchan en las casas cuarteteras son mucho más amplias que esos hits de los 90. La Mona, La Konga, Dale Q Va, Chipote, La Banda de Carlitos, Damián Córdoba y muchos artistas más.
Sin embargo, la fama nacional de Rodrigo hizo que el imaginario del cuarteto cordobés se reduzca a él y sus canciones. A sus ritmos, al “ocho cuarenta” y “busco un amor”. A su sonrisa y sus pelos de colores. Pero los cordobeses renegamos un poco de eso. Ya que la idea que el Potro y su música instalaron sobre el cuarteto es bastante hegemónica. El cuarteto, para nosotros, es otra cosa. No es una canción en un casamiento, no es una sola canción. El cuarteto se siente, se vive en cada baile. El cuarteto te lleva a venerar a músicos que te llenan el alma y te hacen vibrar. A tener templos como el Sargento Cabral. A ritualizar un momento, coordinarlo y agendarlo semana a semana. El cuarteto es seguir a tu banda favorita baile a baile, alrededor de toda la provincia.
Por eso, si bien el Potro es reconocido, los cordobeses tenemos un imaginario un poco distinto, y sobre todo más amplio, sobre nuestra música y cómo la vivimos. El triunfo del Potro a nivel nacional, y sobre todo la fama que se ganó en Buenos Aires, dista mucho de la realidad cordobesa. Rodrigo sigue siendo la cara del cuarteto, narrado por otros. Si los cordobeses escribiéramos nuestra propia historia, reconoceríamos al Potro como un personaje que visibilizó nuestra cultura. Pero que no la representa en su totalidad. El cuarteto, preguntale a cualquier cordobés, es de la Mona. Y de mil bandas más. El cuarteto es ritual, danza y cultura. Es popular. Y no responde a ningún imaginario cerrado. Se reinventa a cada paso, con nuevas personalidades inacabadas que dibujan nuestra identidad al son de esta música.
Fecha de Publicación: 23/07/2021
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