La vida de la mujer en Occidente está marcada, desde sus inicios, por muchas carencias. Siempre subordinadas a dinámicas varoniles que construyeron a su voluntad nuestro deseo y capacidad de acción. Nuestra historia comienza a escribirse con un autor omnisciente y omnipotente. Entendiendo a este tipo de narrador como “el que sabe y conoce toda la información sobre los personajes y las tramas. Tiene el poder de anticiparse a los acontecimientos, de suponer, de juzgar y de contarnos cómo se sienten los personajes. Es una voz narrativa en tercera persona, no se trata de un personaje del relato, sino de alguien externo a la historia”. Nuestra historia, desde los comienzos, fue escrita por un tercero, que decidió que no teníamos derecho a voto, ni a manejar nuestras propias cuentas, ni a acceder a la educación o manejar nuestro propio auto e incluso con una esperanza de vida mucho menor que la masculina por los partos y la vulnerabilización de los derechos.
El origen de la fecha
El Día Internacional de la Mujer tiene sus raíces en el movimiento obrero de mediados del siglo XIX, en un momento de gran expansión y turbulencias del mundo industrializado, en el que la mujer comenzó dar cuenta de sus propias cadenas. Y, de a poco, se fueron organizando para evidenciar la desigualdad y reclamar por una vida digna. Recordemos que este día se eligió como símbolo porque en 1908, en Nueva York, 148 obreras textiles que hacían huelga para mejorar sus condiciones laborales murieron incendiadas en la fábrica donde estaban de paro. Por eso, desde su origen, este día es para honrar a estas mujeres que fueron, no las primeras, pero sí un grupo importante que se rebeló contra las injustas e insalubres condiciones de trabajo en esa fábrica y que fueron víctimas de una represión patriarcal brutal.
Dos siglos después, seguimos con este día como una efemérides más del calendario, como una herramienta comercial más para lanzar promociones o vender regalos. Pero el origen de esta fecha tiene su significancia en la necesidad de revisar nuestras prácticas sociales y rever las desigualdades que se esconden detrás de los roles de género.
Una efemérides, mil interrogantes
En este sentido, el Día de la Mujer puede concebirse como una jornada de reflexión, de invitación a cuestionar nuestros privilegios. Una fecha que sirve como disparadora de miles de preguntas: ¿qué es ser mujer?, ¿qué es ser hombre?, ¿cuáles son nuestras prácticas?, ¿están condicionadas por nuestros roles de género?, ¿qué violencias ejerzo desde mi lugar?, y miles de interrogatorios sin respuesta cerrada, sin respuesta transparente aparente, pero que nos invitan a construirnos desde lugares diferentes, porque evidentemente, hasta ahora fuimos construyéndonos desde un lugar erróneo y contraproducente.
Nos siguen matando
Desde que comenzó el 2021, a menos de 70 días del comienzo del año ya nos faltan Gabriela Lencina, Ivana Juárez, Nilda Peano, Melisa Moyano, Liliana Stefanatto, Emilse Gajes y Miriam Farias, todas víctimas de femicidio. No es un lindo día para ellas ni para las mujeres que las rodean. Todas ellas, murieron en manos de algún hombre abusivo que se sintió con el poder de arrebatarles la vida, de llevárselas sin más, de manera violenta y aterradora.
Siete mujeres. Que no son solo un número: son primas, hijas, tías, hermanas, abuelas, madres, amigas que nos faltan, que nos duelen, que nos arden en el pecho. Por ellas, y por las violencias cotidianas que vivimos todas las mujeres, este día se va consolidando, cada vez más, como una fecha que rompe los parámetros de lo comercial, para convertirse en un cuestionamiento desde lo más profundo de la sociedad. Por eso, el slogan "ni flores, ni bombones" sigue leyéndose por todos lados cuando se acerca este día. Y espero que se siga leyendo, hasta que no falte ninguna mujer o disidencia en su casa.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.