¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónLa pandemia del COVID-19 cambió las formas de vida en todo el mundo. Algunas personas se animaron a romantizar la cuarentena obligatoria y celebraron el encuentro con ellos mismos. Sin embargo, para la generalidad, el aislamiento social preventivo y obligatorio, sumado a la incertidumbre que genera un virus de esta índole, no fue fácil de sobrellevar. Lamentablemente, nuestro país tiene la triste cifra de casi cuarenta mil muertos y un millón y medio de contagios. Además de las enormes pérdidas económicas que una pandemia puede provocar, existen sectores que amortiguaron mucho del peso que esta nueva normalidad conlleva. El sistema de salud público y privado, es por lejos el más afectado de la pandemia.
La preocupación por la cantidad de unidades de terapia intensiva (UPI) fue tema de Estado y de agenda mediática. Los tópicos que se tocaron, entre otros, fueron los siguientes: deficiencias y virtudes en el sistema, comparaciones con otros países, soluciones efectivas y otras a mitad de camino, historias de vida y de esfuerzos sobrehumanos de todos los trabajadores del sistema de salud. Estos últimos fueron muy golpeados, física y psicológicamente. Durante varios meses y en distintos puntos del país, los trabajadores sanitarios no dieron a basto y vivieron situaciones inéditas en su vida profesional y personal.
En conmemoración a los trabajadores que dieron su máximo esfuerzo y en memoria de aquellos que murieron por asistir durante la pandemia, se realizó en Wuhan (la localidad china donde todo empezó) un aplauso masivo y emotivo, que se extendió por todo el mundo. En nuestro país, además de “el aplauso de las 21”, se realizaron varias acciones en honor a los trabajadores. Desde donaciones y palabras de ánimo hasta actos conmemorativos, los homenajes no faltaron. En la pequeña localidad de Zapala, Neuquén, una pareja les realizó un particular regalo.
Érica Vargas y Diego Cerda se dedicaron durante toda una semana a pintar un mural en honor a los trabajadores de salud. Érica es asistente terapéutica y Diego es artista plástico, pero la iniciativa y voluntad por hacerlo fue de los dos. El dibujo fue realizado en una pared de 35 metros de largo y 3 de ancho, ubicada en la vereda del hospital de Zapala, entre las avenidas San Martín y Brown.
Vargas comentó a un medio local que la idea es “generar conciencia social en relación a lo que estamos atravesando todos en este contexto de pandemia pero muy especialmente realizar un homenaje a los trabajadores y trabajadoras de salud, quienes están al frente de esta lucha contra el coronavirus”.
Ambos se dedicaron por unos días a cranear la idea y luego les surgió el impulso de pintarla. La pintura y los insumos para dibujar fueron donados por distintas entidades locales. En cuanto al dibujo, son tres figuras que representan tres momentos distintos de la pandemia desde el sistema de salud. Cerda describe que “en la primera figura se refleja el cansancio y agotamiento de la trabajadora, le sigue una imagen que expresa la lucha simbolizado en el puño cerrado; en la tercera imagen la dibujamos ajustándose el barbijo y con una mirada decidida a enfrentar el problema”.
No es la primera vez que la localidad de Zapala realiza un homenaje a los trabajadores de la salud. Una de las más bonitas plazoletas de la localidad, se llama René Favaloro y está ubicada en un barrio con el mismo nombre.
Fecha de Publicación: 18/12/2020
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