¿Cómo hacer enojar a un argentino?

Podrán decir muchas cosas de los argentinos, pero nunca que somos tibios. Para bien o para mal, para un lado o para el otro, nuestras emociones son extremas. Vivimos en una polaridad permanente, en la que las cosas siempre son blancas o negras: acá no hay lugar para los grises. Teniendo en cuenta todo esto, podemos intuir que hacer enojar a un argentino no es complicado. Pero ¿cuál es la forma más fácil de hacer enojar a un argentino?

El argentino es apasionado y exagerado. Todas nuestras emociones van al límite. Y esto aplica a todo: al fútbol, a la política, a la música, al barrio, a las comidas, a las costumbres. Acá todo es rivalidad. Entonces, la forma más fácil de hacer enojar a un argentino es, justamente, hacer un comentario desafortunado sobre cualquiera de sus pasiones. Al de Boca, hablale bien de River. Al de River, de Boca. Si es fan de Soda, decile que los Redondos son los mejores. Al peronista, criticale a Perón. Decime que mi barrio no está bueno y atenete a las consecuencias. O que nuestra pizza no es la mejor del mundo. En fin: hacer enojar a un argentino es bastante fácil.

Pero, sin lugar a dudas, la forma más fácil de hacer enojar a un argentino es hablarle mal de los que quiere. De la vieja, del hermano, del marido, de la hija. No importa qué tanto los critique él, no importa si está peleado con el amigo: vos mantenete al margen. Porque, más allá de todo, acá lo que más vale son los afectos.