La Mar del Plata de Misiones

No bien comienzan las vacaciones de verano, miles de turistas misioneros ya saben adónde quieren ir. Mientras medio millón de argentinos se dirigen a las costas argentinas, los misioneros manejan sus autos en sentido contrario. ¿Adónde van? Nada más ni nada menos que a Brasil.

En la provincia de Misiones son pocos los que eligen vacacionar en un destino diferente al país carioca. En tiempos de crisis, de vacas flacas, de corralito o con clima lluvioso, el misionero se va a Brasil. ¡Y se va!

Los lugares preferidos son las playas del sur, en los estados de Paraná, Río Grande del Sur y Santa Catarina. Especialmente las ciudades de Camboriu, Torres, Laranjeiras, Bombas, Bombinhas, entre otras. Las playas del norte brasilero también son visitadas por los habitantes de la tierra colorada, pero en menor medida.

Cercanía, agua cálida y arenas blancas

Misiones comparte frontera con Brasil, con lo que viajar allí se hace relativamente fácil. La playa más cercana se encuentra a menos de 1000 km. La mayoría de los misioneros elige hacer el recorrido en auto. Son 10 o 12 horas de viaje dependiendo de la velocidad y el horario en que se conduzca. Viajar de noche es una buena opción para los que gustan de una ruta tranquila. Sin embargo, hacerlo de día implica mayor seguridad, teniendo en cuenta que se transita por un país extranjero. Todo depende del conductor.

Tanto en el norte como en el sur, las playas brasileras son todas de agua cálida. En esta cuestión, las playas argentinas pierden frente a las brasileras. Ya sea de mañana temprano, o cuando el sol se oculta, la temperatura del agua en Brasil siempre es agradable. ¿Qué más se puede pedir?

No hay playa sin arena, y la de el país vecino es hermosa. Aunque es bueno aclarar que no todas tienen la misma arena. Hay lugares en Brasil donde está un poco más sucia. Por ejemplo, Camboriu. Esta es una ciudad muy turística que, en época de temporada, suele estar colmada de personas. En cuanto al resto, la arena es blanca, limpia y, en muchos casos, inmaculada.

Un bonus extra para el misionero que se va a Brasil es el idioma portugués y la música brasilera. Ambas transmiten esa alegría típica e incomparable del carioca.