Ser Argentino. Todo sobre Argentina

¿Autopistas, Sí; Rutas, No?

En Argentina, hay un factor adicional aumenta los accidentes de tránsito: no hay buenos caminos.

En la Argentina, además de conductores imprudentes y suicidas (porque, de verdad, manejar después de haber consumido alcohol es de suicida y asesino), hay un factor adicional que contribuye con las terribles estadísticas de muertos y heridos en el tránsito: no hay buenos caminos.

Las rutas principales, como las nacionales N° 3, N° 5, N° 7, N° 12, continúan siendo rutas convencionales, con un carril por dirección. Este formato solo debería existir para rutas provinciales o caminos municipales con poco tránsito de vehículos, ya que a mayor cantidad de vehículos que circulan hay mayores posibilidades de sobrepaso. Para ello, se requiere circular en contramano, para volver a colocarse en la mano contraria.

El Gobierno actual tiene un plan para avanzar con la construcción de miles de kilómetros de autopistas y rutas seguras, un paso auspicioso para empezar a bajar los tristes números de las estadísticas y viajar a donde sea más seguros y confiados en llegar sanos y salvos.

De todas formas, me pregunto. Aún si las mejoras en los carriles se colocan en la agenda estatal, de una vez por todas, como prioridad, ¿es esto suficiente?.

Todos sabemos que sacar el registro de conducir tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el resto de las provincias -sobre todo, en estas últimas - es sencillo. Demasiado, diría yo. El examen teórico es prácticamente para niños y el práctico, ni te cuento. Basta con saber estacionar y esquivar los conos naranjas sin derribarlos para que el Estado considere que sos un conductor apto para salir a calles y rutas. Pero la cantidad de ccidentes, como afirmabamos anteriormente, dice lo contrario. Al momento de estar al mando de cualquier vehículo, ya sea auto, moto, camión, la imprudencia de los argentinos no tarda en hacerse notar.

No alcanza con saber colocar los cambios, quien conduce debe estar completamente informado y actualizado sobre las normativas de tránsito para un correcto accionar en la vía pública. Y, en paralelo, el seguimiento del gobierno en relación a la capacidad de estar frente al volante de las personas con registro debe ser más completo. No  es cuestión de accionar solo cuando descubren a personas pasadas de copas  en algún control de tránsito, debe ser más exaustiva la intención de verificar quién no debería estar manejando porque presupone un peligro para él y los demás.

Es urgente que las rutas y autopistas estén en buen estado, claro que sí. Pero de nada servirá si, por ejemplo, seguimos  naturalizando la circulación por la banquina cuando el camino está saturado (práctica muy común en cualquier ruta, sobre todo cuando se trata de alguna fecha particular como las Fiestas, los fines de semana con feriados y etc.). Los conductores no quieren "clavarse" en las interminables filas de autos y deciden que es buena idea pasar por el costado de todos, violando toda normativa y, por supuesto, poniendo en peligro a todos. 

Mientras esperamos que el Gobierno se haga cargo de invertir en nuestras rutas, debemos tomar consciencia y evitar considerar  como "aisladas"  a las muertes y heridos por irresponsabilidad vial. Debemos acordarnos que no son números, son personas que sufrieron algún accidente (si se le puede llamar así) que puede evitarse una próxima vez. Es importante pensar en el trasfondo de las estadísticas para aportar desde nuestro lugar con buenas  prácticas, más allá de lo que nos imponga el Estado. Comencemos a tomar firmemente y de manera correcta el volante de nuestras vidas, literal y simbólicamente. Como diría la famosa publicidad televisiva de los años 90, todavía vigente: "El tránsito seguro lo hacemos entre todos. El tránsito seguro también lo hacés vos".

 

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