Así como existen aromas que nos transportan en el tiempo y en el espacio, hay canciones que nos devuelven a otro momento de forma instantánea. ¿Qué pasa, por ejemplo, cuando escuchamos los primeros acordes de Aurora, la canción a la bandera? En mi caso: colegio, fila de menor a mayor, sueño, bostezos. El izar de la bandera de cada mañana y la canción repetida de memoria, con palabras y metáforas que tal vez ni siquiera entendía.
Alta en el cielo un águila guerrera,
audaz se eleva en vuelo triunfal,
azul un ala del color del cielo,
azul un ala del color del mar.
Hasta ahí, todavía tiene sentido. Pero ¿qué sucede con la estrofa siguiente?:
Así en la alta aurora irradial,
punta de flecha el áureo rostro imita
y forma estela al purpurado cuello,
el ala es paño, el águila es bandera.
Es la bandera de la patria mía
¿Aurora irradial?, ¿el áureo rostro imita?, ¿purpurado cuello? Generaciones y generaciones de niños vienen repitiendo estas palabras sin detenerse a pensar en su significado. Sin embargo, la realidad es que existe una explicación para estas frases que la mayoría de nosotros no conoce.
La letra de la canción, originalmente, estaba en italiano. Entonces, a la hora de traducirla al castellano, la libre interpretación de los términos hizo de las suyas. Por poner un ejemplo, en la “punta de flecha” que “el áureo rostro imita”, en realidad, el rostro no es rostro, sino pico: sucede que la palabra pico, en italiano, significa justamente “rostro” y, bueno, los falsos amigos hicieron de las suyas. De esta forma, una metáfora perfecta –como el pico del águila iluminado que parece la punta de una flecha– se convierte en una cara imitando la punta de una flecha. Una imagen mucho más complicada de recrear.
Por suerte, la estrofa final, la que más emociona, siempre la entendimos todos. Y, todavía, cuando la cantamos bien fuerte, se nos pone la piel de gallina.
del sol nacida que me ha dado Dios;
es la bandera de la patria mía,
del sol nacida, que me ha dado Dios;
es la bandera de la patria mía,
del sol nacida que me ha dado Dios.
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.