¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Jueves 07 De Julio
En agosto de 2018, un mes antes de la despedida de Iñaki Urlezaga del Teatro Colón, no había tiempos para lágrimas en medio de una extenuante gira final, y que lo llevaría por todo el país. “Volver el Colón tras doce años es primero reconocer un espacio que cambió muchísimo, desde los porteros hasta aquellos lugares de ensayo que no existen más”, confesaba el eximio bailarín que se lanzó desde nuestra sala magna a las principales del mundo, y brilló en el Royal Ballet de Londres durante una década. “Estoy redescubriendo ahora una parte humana mía que había quedado tapada con la búsqueda de la perfección” aseguraba quien lleva la danza en la venas, y colgando el traje del bailarín solamente, porque “no creo en la decadencia sobre el escenario”, sentenciaba, y prometía más proyectos como coreógrafo “No tengo ganas de guardarme nada”, adelantaba el platense que sería convocado en importantes montajes internacionales tras colgar las zapatillas de ballet. En 2020 la pandemia detuvo varios de estos proyectos, entre ellos dirigir en Rusia al mítico Bolshoi de Moscú con una versión suya de La dama de pique. Le encomendaron la misión de crear esta pieza para el 220 aniversario del nacimiento del escritor Alexander Pushkin y, aunque en diciembre pasado asistió al estreno en San Petersburgo, ahora debería estar en Europa dirigiendo las nuevas funciones.
El Viejo Continente siempre acogió sus piezas coreográficas con los brazos abiertos. Unos años antes de brillar en el Dutch National Ballet de Holanda en 2006, Iñaki concretó su vocación de coreógrafo que se transformó luego en varias piezas de éxito de la talla de los “Cuentos de Chopin” y “El Lago de los Cisnes”. Todas ellas impulsadas por los mismos disparadores que alimentan sus proyectos desde que era un niño, jugando en las tardes bonaerenses, “una relación, una injusticia, una ilusión” En el recuerdo de la polémica disolución del Ballet Clásico Nacional a su cargo durante el anterior gobierno, “una pena porque somos un pueblo ávido y amante del ballet pero aún persisten enormes diferencias y desigualdades entre un aspirante porteño y uno del Interior”, admitía resignado por la decisión del ex ministro de Cultura, Pablo Avelluto. Iñaki deja en claro que “un Estado presente es el único que permite dar oportunidades” y espera confiado en la actualidad que se reabra este programa federal de danza.
Un artista inquieto como Iñaki en estos meses conquistó un espacio inédito en las redes con “Iñaki con amigos”, “me parece buena para la gente la posibilidad de encontrar en estos medios tan democráticos lo que pasa del otro lado del escenario (no de la pantalla) y entender la vida del artista”, señalaba al diario “La Nación” quien ya tuvo de invitados a Zenaida Yanowsky, bailarina francesa del inglés Covent Garden Opera Company y a Leonardo Sbaraglia, en un auténtico abono a la primera fila de lo mejor del Arte.
Fecha de Publicación: 10/12/2020
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