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Federico Manuel Peralta Ramos: serás lo que te tocó ser y dejate de joder

El artista fue mucho más que un “loquito” de la Manzana Loca porteña. Es tiempo que Federico deje la sombra del Di Tella y se reconozca a uno de los mayores conceptualistas latinoamericanos.

Arte y Literatura
Federico Manuel Peralta Ramos

Federico Manuel Peralta Ramos (Mar del Plata, 1939 - Buenos Aires, 1992) es un artista que rompió los moldes del campo artístico, y de clase, con una imaginación desaforada transformada en “mi vida es una obra de arte” De los primeros informalismos a la explosión performática en el Instituto Di Tella, y su acercamiento a los “templos paganos” de la noche porteña,  hasta sus intervenciones en espectáculos inclasificables y apariciones en el medios, Peralta Ramos condensó las fuerzas de su época, “hay que pasar de denunciar al proponer”, repetía, en las coordernadas existenciales, “solamente consiguen un oasis los que se bancan el desierto”, y políticas, “Mal de Plata” en plena dictadura. Pero sobre todo este artista “psicodiferente”, en palabras de su analista, fue un demiurgo bufo de los “que se bancaron la desesperanza” porteña y argentina, mal endémico nacional, “No quiero ir a la luna/A mi me gusta acá/quiero caminar por las calles de Buenos Aires/ A mi me gusta acá/me quiero sacar una foto en la plaza San Martín/ A mi me gusta acá/quiero ser amigo del Obelisco/ A mi me gusta acá/me encanta el atardecer en el campo argentino/ A mi me gusta acá” Peralta Ramos, el último de los bohemios porteños,  fundador de la religión gánica, “Vivir poéticamente/Flotar” más “Serás lo que te tocó ser y dejate de joder” Cerrame la ocho.

Federico Manuel Peralta Ramos 2

Tataranieto del fundador de Mar del Plata, Federico, Federiquito para su niñera que trabajó décadas en su familia, así también le decía Jorge Luis Borges, creció sin necesidades entre los campos de los Peralta Ramos, partidos de polo y colegios exclusivos. De hecho, jamás abandonó el piso en avenida Alvear, y sobrevivía con los cien dólares mensuales, el Federico Manuel (agua en La Biela), shows estrambóticos en boites de moda (“Trabajen, vagos” llegó a colgar en la puerta de Mau Mau) y, sólo en los sesenta, algunos cuadros y premios. Luego de un viaje al Machu Pichu, “creo que la inmanencia latinoamericana es un depósito de Fe para todo el universo…Europa está acabada y lo mejor es la ropa, debería llamarse Enropa”, recordaba en 1978, con el concepto de “firmamento interno” arrancó una promisoria carrera en las artes plásticas, unas “esculto-pinturas”, plenas de informalismo matérico, alentado por los críticos Rafael Squirru y Jorge Romero Brest. Las obras de grandes dimensiones, que hubo que cortar en pedazos para que quepan en la galería Witcomb, anticiparon el gigantesco huevo “Nosotros afuera”, presentado en el Premio Nacional del Instituto Di Tella en 1965. Roto a golpes por el mismo Peralta Ramos, la performance derivó en a una serie de acciones que inauguraron un conceptualismo irónico y crítico con la famosa compra de un toro en un remate en 1967, que el padre tuvo que devolver y Federico terminó en un neuropsiquiátrico -varios años después un artista europeo repetiría, sin saber del antecedente argentino, la operación disruptiva del arte en la economía y llegaría a la Bienal de Venecia- Otra, la famosa disputa legal después de “patinar” la beca Guggenheim en 1968 en una fiesta exclusiva en el Hotel Alvear, con vagabundos, prostitutas y amigos, varios trajes exclusivos, Peralta Ramos que parecía salido de una viñeta de Divito, y cuadros para sus padres de Ernesto Deira y Jorge de la Vega -éste último artista también cantautor, Peralta Ramos interpretaba “El gusanito” y  “La hora de los magos” antes de cerrar con el infaltable “A mi manera”, a los gritos. Recién en 1971 contesta a los enfadados norteamericanos sobre esta verdadera cachetada a su clase,  “Una de las razones que me impulsaron a este tipo de manifestaciones es la convicción de que “la vida es una obra de arte”, por lo que en vez de “pintar” una comida, di una comida” Operación Ja Ja.

En 1968 ocurre el definitivo abandono de la pintura del artista a estrategias conceptuales,  con la muestra en la Galería del Este, aquella estaba inundada de objetos cotidianos “comprados en el Once y almacenes”, termos, mates, queso Chubut en una campana y más,  en lo que podría ser de las primeras exposiciones de kitsch en la Argentina -y que habría que esperar a los ochenta, y noventa, en la estética guaranga del Centro Cultural Rojas “Sufro una proliferación de ideas y soy la confirmación de las dudas que tenemos todos” señalaba en 1972 y era una máquina de proyectos sin concretar, “El Gordo y el Tao” o el libro “Del Infinito al Bife” son algunos de sus más esperados, en un gesto que anticipa los conceptualismos proyectuales de los dos mil. Su estrella artística se apaga a medida que gana notoriedad pública en sus bizarras intervenciones en el programas de Tato Bores (1969, 1973, 1983 y 1992. Tato lo consideraba un genio incomprendido) Edita el artista un simple con dos temas suyos, “Soy un pedazo de atmósfera” y “Tengo algo adentro que se llama el coso”, y realiza esporádicas muestras, una de ellas cuando le vendió un buzón a la vedette Egle Martín. En 1976 expone con Antonio Berni en la Galería Carmen Waugh, “Creencias y supersticiones de siempre” -el artista rosarino también estimaba la subversión en las actitudes de Peralta Ramos- En esa oportunidad Peralta Ramos presentaría “Tumba de Tut ank amon”, una instalación consistente en un cuarto de papel dorado y un colchón sobre el que descansaba una momia, que se despertaba a cada rato y contestaba preguntas de los azorados espectadores.

Federico Manuel Peralta Ramos papel

“Yo tengo una frase mía favorita: una forma de argentinizar una idea es no concretarla. Y creo que en este momento que estamos viviendo ha llegado el momento de concretar”, escribía Peralta Ramos en la revista “La Semana” en 1983, en las horas previas al retorno de la democracia “Prefiero ser acusado de injusto antes que vender ilusión democrática”, en una mirada a fin de la década, donde actuaba en La Capilla y Café Mozart, al tiempo que trabajaba en cine con Alejandro Agresti.  Continuaba su peregrinar eterno en los bares, Florida Garden, que pretendía convertir en un “templo de ternura” que afloje a la gente que “habla solo de guita”, y el Bar Carlitos de Montevideo y Mitre, que colgó una foto autografiada de Peralta Ramos como si fuera un santo, a cambio de una consumición gratis de un cortado para el artista. En 1989 será la última exposición en la Galería Altos de Sarmiento, en la que se exhibe a sí mismo en una habitación vacía pintada de blanco, y que dura diez días.

Yo soy infinito. No voy a morir. Me voy a transformar. En un pedazo de atmósfera me voy a transformar. Aire, un pedazo de aire seré. Me tendrán todos al alcance de la mano: en un bar porteño, en la calle, en la plaza cualquiera” imaginaba en 1983 su momento de partida en la revista “El Porteño”, algo que ocurrió el 30 de agosto de 1992. Cada vez que alguien se interne en la madre noche porteña, usando sus amuletos y talismanes, para sembrar a diestra y siniestra los enigmas que asombran y hacen pensar, será un discípulo de Federico Manuel Peralta Ramos ¡Bienvenidos, gánicos!

 

Dicen de Federico Manuel Peralta Ramos

En este época que estamos viviendo los latinoamericanos, indoamericanos, iberoamericanos, italoamericanos, vamos a arrasar todos los sistemas solares del Universo por nuestra energética…la Argentina está en estado de génesis…lo que recomiendo es que tengamos fe en nosotros mismos, que tenemos algo que la gente necesita mucho para vivir” Federico Manuel Peralta Ramos en revista La Semana, año VI, Nro. 334. 1983. Buenos Aires.

 

Dicen de Federico Manuel Peralta Ramos

“Federico era re genial. Me sorprendió muchísimo que se haya muerto. Yo pensé que iba a vivir una eternidad porque era como un ser de otro planeta. Era un pedazo de atmósfera…era sobrenatural, de otro mundo…decía cosas geniales…le importaba mucho salir en las revistas. Era su respuesta…a un ambiente recoleto y convencional…uno de sus objetivos era moverle el piso a toda esa gente” Marta Minujin en el diario Página/12. 1992. Buenos Aires.

 

Fecha de Publicación: 29/01/2021

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Comentarios


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Por: Clau Pas 12 febrero, 2021

Serás lo q tengas q ser y déjate de joder ????

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