¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Sábado 01 De Abril
Los caminos de la vida, muchas veces, nos llevan a lugares impensados. A veces sabemos que queremos otra cosa, pero no sabemos bien qué, ¿les pasó? Y, de pronto, casi como por arte de magia, los lazos se unen, las direcciones se trazan y terminamos donde jamás hubiéramos imaginado. Y eso es exactamente lo que necesitamos. Algo así le pasó a Diego Rey, un artista plástico oriundo de Trelew (Chubut), que se fue a Barcelona buscando un cambio y terminó trabajando con Ferrán Adriá, uno de los chefs más reconocidos del mundo. Pero no, Diego no cambió su vocación por la gastronomía.
Empecemos por lo primero: quién es este chef. Ferrán Adriá es un catalán que estuvo durante décadas al frente del restaurante El Bulli (situado en la Cala Montjoi, en Gerona). Estuvo abierto entre 1962 y 2011, y fue reconocido internacionalmente por su labor gastronómica. Parte de su éxito estuvo en introducir nuevas técnicas, como la deconstrucción, que consiste en aislar los ingredientes de un plato típico para reconstruirlo de manera inusual. Su trabajo se interesa por la física y la química de los alimentos: la llamada cocina molecular, ¿les suena?
El Bulli cerró como restaurante en julio de 2011, para reconvertirse en elBulli Foundation, una fundación dedicada a la investigación en creación e innovación de la ciencia gastronómica. Allí es donde entra Diego Rey en la escena. Él trabajó sobre dos grandes novedades: el archivo-museo, que es LABulligrafía, y un laboratorio expositivo sobre innovación, elBulli1846, donde funcionaba el restaurante de Cala Montjoi.
Entonces, ¿cómo terminó el argentino allí? Diez años atrás, Diego Rey necesitaba un cambio. Se había recibido de licenciado en Bellas Artes en la Universidad de La Plata, daba clases y trabajaba en la Secretaría de Cultura de la Nación. Se presentó a una beca Maec Aecid, del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de España, ¡y la ganó! Luego de esos dos años, volvió a la Argentina, pero decidió que su destino no estaba aquí. Volvió a Barcelona a hacer otro máster en Filosofía del Arte.
Sus docentes ya estaban trabajando con Ferrán, abordando la gastronomía desde esa disciplina. En 2012 lo convocaron a Diego para formar parte del proyecto, primero ad honorem y luego como miembro fijo del equipo. Allí no trabaja sobre la gastronomía: trabaja sobre la innovación. Es un proceso creativo de búsqueda, de investigación, que se aplica para muchas cosas.
Diego Rey jamás hubiera pensado que terminaría trabajando con un chef, y allí está. Porque las cosas muchas veces no salen como las planeamos, y eso está buenísimo.
Fecha de Publicación: 08/09/2020
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