¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónJosé es veterinario de la ciudad de Neuquén. Este año, para su cumpleaños número 50, se propuso tomarse un año laboral sabático. Su aventura iba a empezar con un trabajo en un orfanato de Tanzania y luego tenía la intención de viajar vía terrestre por Kenia y Etiopía.
La aventura de José Massabó no iba incluir hoteles o excursiones planeadas por una agencia de turismo. Él planeaba vivir intensamente la experiencia africana, manteniendo un intercambio constante con las comunidades locales.
Su viaje iba a durar más de un año, pero la pandemia del coronavirus truncó rápidamente este proyecto. Sin embargo, el veterinario alcanzó a vivir dos meses trabajando como voluntario en dos pequeñas aldeas en la selva de Tanzania. Y esos dos meses bastaron para que el continente africano lo marcará para siempre.
En las aldeas Kidatu y Mbingu, José realizó distintas tareas como maestro de educación física y asesoramientos en veterinaria. La experiencia fue completa, en el tema de vivienda y en lo gastronómico: José se alojó con una familia del lugar, con la que tenía sus tres comidas diarias.
La sociedad africana cautivó al veterinario. Se adaptó muy bien a la dieta local a base de mandioca, arroz, frijoles y cada tanto un poquito de carne: pescado, pollo o cerdo. Casi no consumió harinas ni azúcares. Se acostumbró a usar letrinas y a bañarse con un tacho de agua fría y un jarrito.
Se maravilló con el cariño de los niños. Los pequeños se le acercaban, lo tomaban de la mano, pedían abrazos y le demandaban afecto. José es categórico: allí no hay pobreza. Viven felices sin tecnología y tienen lo básico para comer y vestirse. En la sencillez de la cotidianeidad en los pueblos de Tanzania, el veterinario parece haber descubierto otro modo de vivir, que toma con sabiduría.
Algunas cosas no dejaron de sorprenderlo. Los entierros de familiares se realizan en los patios de las viviendas y tanto adultos como niños se rapan la cabeza, de manera permanente. También encontró que tanto mujeres como chicos estaban muy abocados al servicio del hombre adulto, en una estructura patriarcal inflexible.
José planeó su viaje en todos sus aspectos. Calculó aquellos problemas y acontecimientos que podían sucederle y concibió soluciones. Sin embargo, la pandemia de coronavirus cambió todos sus planes. Cuando comenzaron a cerrar fronteras y la gente empezó a aislarse, su viaje empezó a perder sentido. Por eso volvió a su veterinaria en Neuquén.
Pero, cuando cuenta su experiencia, todo inspirado, da la sensación de que está planeando volver apenas tenga la oportunidad.
Fecha de Publicación: 01/09/2020
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