Sin ser especialistas en pasarelas, la mayoría de los mortales podamos estar de acuerdo en que Milán es la capital mundial de la moda. Muchas de las grandes modelos argentinas han triunfado en esa urbe italiana. Micaela Chetta aún no lo logró, exclusivamente por culpa de la pandemia del COVID-19. En esta nota te contamos la historia del orgullo de Monte Vera.
Micaela nació en la ciudad de Santa Fe, pero creció en un pequeño pueblo ubicado unos kilómetros más hacia el norte, llamado Monte Vera. Su entorno cercano siempre supo que a la nena le gustaba la moda. Sus recuerdos de sus pequeños cuatro años de edad ya la encuentran desfilando para su familia. “También recuerdo a varios familiares diciéndome que tenía que ser modelo, que sabían que siempre me gustó, que siempre fui la más alta y podría aprovechar eso al máximo”, rememora Mica..
En 2008 comenzó a formarse en una escuela de modelos y en ese mismo año debutó en una pasarela en la Ciudad de Santa Fe. Ahí se dio cuenta de que “no quería bajarme nunca. Era lo mío. Así que seguí formándome en la ciudad y también en Paraná, esforzándome mucho”. Aún concurría a la escuela y debía manejarse sola tomando varios colectivos.
Como era de esperar para cualquier chica que quiera dedicarse a este mundo tan selecto, la Pampita santafesina, como muchos le llaman, debió instalarse en Ciudad de Buenos Aires. “Allí tuve que comenzar esa nueva etapa desde cero, sola. lo primero fue trabajar de forma dependiente y, en paralelo, seguir mi objetivo con perseverancia, fe, dedicación y esfuerzo”. Solo así fueron llegando los castings, las participaciones en programas de TV. Luego, las portadas de revistas argentinas, publicidades, comerciales televisivos, desfiles, lookbooks, producciones de fotos, entre otros trabajos que iban apareciendo.
La más internacional de Monte Vera
Micaela se considera una persona aventurera. Su ambición la llevó hasta el continente asiático, más específicamente a Bangalore, una ciudad de India. Una agencia de Buenos Aires le propuso ir a trabajar por cuatro meses. “Sin duda alguna acepté. Vivir ahí y trabajar tan bien hizo que la agencia india me ofreciera extender mi visa. Trabajó con marcas internacionales y realizó un comercial con rol protagónico. La cereza del postre: fue elegida como modelo en vivo de un workshop en Chennai, por el fotógrafo Zack Arias. “Fue la experiencia más grande. Me cambió mucho, tanto en lo laboral como en lo cultural y personal”.
A fines de 2019, le llegó la propuesta más importante de su carrera. Un contrato para ir a trabajar a Milán. “Acepté sin dudarlo, pero el coronavirus me impidió viajar”. La propuesta sigue en pie, “pero aún no están recibiendo modelos internacionales, así que será para cuando venzamos a esta pandemia”.
Chetta está actualmente en Santa Fe, visitando su querido pueblo. “Nunca olvido de dónde vengo. Me hace muy bien conectar con la tranquilidad que caracteriza a Monte Vera, llenarme de buenas energías y seguir viajando y trabajando de lo que me apasiona”.