¿Vamos a Lo de Carlitos?

Suena como si fuéramos a la casa de un amigo de toda la vida: “¿Vamos a comer a lo de Carlitos?”. Y un poco es así. De Villa Gesell a todo el país, Lo de Carlitos lleva más de 50 años llenándonos la vida de momentos (y de panqueques).

La historia comenzó en 1965, cuando Carlos Ciuffardi empezó lo que luego se convertiría en su gran legado, en un pequeño local de Villa Gesell, la clásica localidad balnearia de la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires. Su especialidad fue una bastante particular: los panqueques. Creó más de 400 variantes, con diferentes combinaciones de ingredientes, tanto dulces como salados. Logró, en muy poco tiempo, una gran popularidad.

Ir a comer a Lo de Carlitos (a cualquiera de sus locales) significa entrar en un ambiente familiar y cercano. Una se siente realmente como en la casa de un amigo de toda la vida. En lo de Carlitos, ni más ni menos. La carta es una experiencia aparte: cientos de panqueques, cada uno con su nombre propio, por supuesto. Además de panqueques, también se ofrecen hamburguesas, ensaladas y otros platos. Pero ir a Lo de Carlitos y no comer panqueque es casi un sacrilegio.

El sabor original

Desde el 2003, sus hijos continúan con las enseñanzas paternas. Bajo la marca “Lo de Carlitos, el sabor original”, iniciaron una etapa de crecimiento sostenido. Cuentan con más de 30 locales en Argentina y también en Miami (Estados Unidos). El creador original falleció hace ya 10 años, pero su legado sigue intacto. Durante la celebración de los 50 años del inicio de su actividad, en marzo de 2015, Carlos Ciuffardi fue nombrado ciudadano ilustre por Decreto Municipal de la Ciudad de Villa Gesell. Un merecido reconocimiento.

Eso sí: si van a buscar un Carlitos, asegúrense de que sea el original. Como todo emprendimiento exitoso, hay varios farsantes dando vueltas.