La flora, la fauna, sus aromas de la cordillera, son la fuente de la riqueza gastronómica en la ciudad esquelense, en Chubut, que mixtura saberes de culturas originarias con las migraciones de pueblos que fueron formando su presente. El humus de piñón es una receta milenaria típica de esta temporada otoñal y un ejemplo claro para deleitarse con sabores argentinos llenos de historia. ¡Aprovechá la cuarentena para transportarte al otoño de la cordillera patagónica!
Origen
El piñón es un fruto que proviene de la araucaria o pehuén, un árbol nativo y sagrado para los pueblos originarios. Fue el principal alimento de los ancestros mapuches para soportar el duro invierno patagónico, ya que 100 gramos de piñón contienen 220 calorías.
Los antiguos aborígenes, los pehuenches, conocían a este árbol con otro nombre: pehuén. Los pehuenches tenían hasta una deidad a la que rendían culto con el nombre de esta especie. Esto es así porque, durante siglos, fue casi su único alimento: sus semillas y piñones les servían para hacer pan, vino y hasta guisados.
Grandes propiedades del fruto sagrado
El piñón es un alimento nutritivo y medicinal. Contienen Omega 6 y Omega 3, que ayudan a cuidar nuestro sistema cardiovascular y nuestro cerebro. Cuenta con vitamina E, que refuerza nuestro sistema inmunológico y aumenta las defensas. Además, ayuda a reducir los niveles elevados de colesterol malo y mejora el estreñimiento y la fertilidad.
Entre febrero y abril se produce su maduración y la recolección de su fruto. Actualmente, se suelen encontrar piñones en muchas veredas e incluso en las plazoletas que dividen el paso de las principales avenidas de Esquel.
¿Cómo preparamos el humus de piñón?
- Hervir unos 300 g de piñones por aproximadamente una hora para poder retirarles las cáscaras.
- Luego de pelarlos, colocar a fuego junto a caldo o agua hasta el hervor.
- Retirarlos e incorporar ajo, aceite, jugo de limón, sal y pimienta.
- Procesar todo hasta obtener una pasta lisa y cremosa.
¡Disfrutá de esta comida sureña con unas ricas tostadas o pan casero!
Madrynense y argentina. Lic. en RRPP (UP), especializada en Comunicación e Identidad Corporativa (UNIR) y docente universitaria. Apasionada por la comunicación en todas sus expresiones, porque como dice Paul Watzlawick “Todo Comunica”… las palabras, las reacciones y nuestro cuerpo. Mi desafío profesional es cuidar de “ese todo”, aportando mis conocimientos y gestionando las herramientas necesarias para que las comunicaciones fluyan como las olas del mar.