¿Para qué comprar un bizcochuelo de vainilla en cajita si no hay nada más hermoso y esponjoso que esta receta de bizcochuelo casero? Requiere un poquito más de tiempo y de amor, pero el resultado es incomparable. ¿Nunca lo hiciste? Animate a preparar uno para los mates de esta tarde. Alto, húmedo y esponjoso. No te vas a arrepentir.
Ingredientes
- 1 taza de azúcar
- 3 huevos
- 1 taza de aceite neutro
- 2 tazas de harina 0000
- 1 cdita. de polvo para hornear
- Esencia de vainilla
Preparación
- Batí los huevos con el azúcar. Podés hacerlo con batidora eléctrica, batidora manual o –si sos valiente– a tenedor alzado.
- Cuando la mezcla se aclare y se espese un poco, agregá el aceite y seguí batiendo.
- Finalmente, incorporá un poco de esencia de vainilla y… seguí batiendo, sí. Paciencia y cariño son la clave de cualquier receta rica. Y lo esponjoso que quede el bizcochuelo va a depender, justamente, del batido.
- Una vez que esté todo unido, agregá una taza de harina (0000, ojo; no harina leudante) junto con el polvo para hornear. Es importante tamizarlos primero con un colador. Ahora ya dejamos de batir: mezclá con una espátula, con movimientos envolventes.
- Luego, agregá la segunda taza de harina y repetí el procedimiento de mezclado.
- Si ves que la mezcla quedó muy espesa, podés agregar leche de a poco hasta lograr la consistencia deseada. Si creés que quedó muy líquida, hacé lo mismo, pero con harina.
- Una vez que la mezcla tenga la consistencia ideal, enmantecá y enhariná un molde, y volcala adentro.
- Llevá al horno a 180° por unos 40 o 50 minutos. Tarda, sí, y hay que tener paciencia. Si abrís el horno para espiar, puede que el bizcochuelo se desinfle y ¡para qué batimos tanto!
- Una vez que pasen, por lo menos, 40 minutos, podés probar si está listo. ¿Cómo? Pinchando con un cuchillo. Si sale seco, ya está. Apenas se entibie, ya lo podés desmoldar.
¿Querés darle una vueltita?
- Para un bizcochuelo de chocolate, agregale cacao amargo en polvo y un chorrito de leche.
- Si lo tuyo es lo cítrico, agregale ralladura de limón o de naranja.
- Y si la abrís al medio y le incorporás una buena capa de dulce de leche, es una bomba
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.