Antes de meternos de lleno en el aspecto culinario de esta nota, les propongo hacer un paréntesis para referirnos al tema morfológico de las palabras pasta frola. La primera es fácil y de significado sabido. Pero, la segunda significa “quebrada”, un término muy utilizado en lenguaje gastronómico. Y sí, es “frola” y no “flora”. Eso es importante aclararlo porque muchos no saben muy bien cómo se dice. Seguramente son los mismos que dicen “tergopol”, pero esa es otra historia.
Una receta con historia
La pasta frola es una de las herencias preferidas de los argentinos y, sobre todo, de los mendocinos. Es una gran fusión entre Italia y España. Entre las recetas deliciosas que acompañan nuestros días, en desayunos, media tarde o también como postre, se encuentra esta, que es una increíble fusión entre dos culturas con historia gastronómica que marcó al mundo entero.
Quienes traen a nuestras tierras esta delicia son los italianos. Pero el relleno de la tarta en nuestro país cambió debido al gusto de los españoles, quienes cambiaron por frutas y comenzaron a utilizar dulces de membrillos y batatas.
En la ciudad de Venecia mucho antes del año mil, precisamente en el siglo VI, esta receta se usaba tanto para platos dulces como salados ya que su preparación era neutra.
La llegada de la caña de azúcar desde Siria y Egipto después del siglo X permitió que comenzaran a jugar con nuevos ingredientes y a desarrollar nuevos dulces.
Esta tarta podíamos encontrarla rellena de damascos, duraznos, frutos rojos. Los membrillos son una fruta popular en los países de Medio Oriente y en España. Los españoles lo han hecho propio al haber convivido con la cultura árabe por mucho tiempo. Mientras que los inmigrantes procedentes de Medio Oriente y de España fueron quienes nos hicieron conocer este delicioso plato y, de forma inmediata, terminamos adoptándolo y pasó a ser parte de nuestra cultura.
Ingredientes
- Harina 0000 300 g
- Manteca 150 g
- Yemas 3 unidades
- Azúcar 4 cucharadas
- Bicarbonato ½ cucharadita
- Membrillo 400 g
Procedimiento
- Sobre la mesada o un bowl volcar la harina y hacer un hueco en el centro para incorporar la manteca a punto pomada.
- Agregar las yemas, la esencia, azúcar y el bicarbonato. Unir todo, si es posible, con un cornet o utensillo para evitar que se nos funda la manteca. Formar un bollo, cubrir con film y dejar reposar en la heladera por unos 30 minutos.
- Pasado ese tiempo, estirar la masa y colocarla sobre un molde enmantecado, cortar los sobrantes y reservar nuevamente en la heladera mientras preparamos el relleno.
- Poner el dulce en una cacerola con media taza de agua caliente o algún vino blanco, llevarlo a fuego medio y ayudar con un tenedor a romper el dulce hasta que quede liso.
- Verter el dulce sobre la masa, podemos hacer las clásicas tiras o enrejado sobre la pasta flora o darle forma de fideos si no tienen mucha paciencia. Antes de cocinar, podemos colocar frutos secos como nueces o almendras entre el dulce.
- Llevar a horno durante 35 minutos a unos 180 grados, dejar reposar y disfrutar.
Así se hace una pasta frola mendocina.
Argentino, mendocino. Licenciado en Comunicación Social y Locutor. Emisor de mensajes, en cualquiera de sus formas. Poseedor de uno de los grandes privilegios de la vida: trabajar de lo que me apasiona. Lo que me gusta del mensaje escrito es el arte de la imaginación que genera en el lector. Te invito a mis aventuras.