La pantruca y el con con son platos clásicos de las comunidades indígenas de la Patagonia y también son muy populares en Chile.
Se trata de dos sopas que tienen características similares, que se preparan con recetas simples, económicas y tienen alto contenido calórico, ideales para esos días del invierno patagónico en los que el frío es tan crudo que cuesta mantener caliente el cuerpo.
Pantruca
Para una pantruca que rinda unas ocho porciones, necesitamos 2 tazas de harina de trigo, un litro de agua con una cucharada de sal, media taza de chicharrones, pimentón, ají, orégano y sal a gusto. Hay quienes también le agregan arvejas, carne con hueso, verduras y hasta huevos batidos sobre el final de la preparación para darle un poco más de consistencia.
Una vez que tenemos, comenzamos con la preparación haciendo un aro con la harina y posteriormente se va colocando el agua con la cucharada de sal, mientras vamos amasando.
La masa tiene que quedar bastante dura para luego extenderla lo más fina posible y cortar lonjas de unos dos centímetros. A su vez, estas tiras se cortan nuevamente cada 2 centímetros.
Mientras tanto, también se va colocando el agua en el fuego y cuando está caliente, pero no hervida, se van colocando los trocitos de masa. Luego se agrega el chicharrón -que puede ser de capón o de potro, aunque con este último vamos a hacer una aclaración-. Luego de la masa y el chicharrón, se agrega la sal, el orégano y el resto de los condimentos, para finalizar la cocción cuando los trocitos están flotando y la sopa está más espesa.
Ahora sí, todo listo para un potente plato.
Con con
Para el con con se precisan 3 tazas de harina de trigo, dos huevos, dos hojas de acelga, sal, orégano, pimentón, ají molido y aceite. Se le puede agregar una cebolla picada para darle más sabor.
Primero debe mezclarse la harina. A diferencia de la masa de la pantruca, la masa debe quedar con poca consistencia, blanduzca, por lo que es opcional agregar un poco de agua tibia con sal.
Aparte, en una olla, se pone agua, los condimentos y la acelga bien lavada en trocitos, más un chorrito de aceite. Cuando el agua comenzó a tomar temperatura, con una cuchara sopera se colocan porciones de la mezcla en el agua -como si fueran buñuelos en aceite- y se deja hervir hasta que las porciones estén flotando.
¡Ahora sí! todo listo para comer. Dos sopas ideales y potentes para combatir el frío invierno patagónico.
Ambas recetas son "populares", económicas. Cuentan en las comunidades aborígenes que "cuando había", a las preparaciones se le agregaba otras verduras como acelga, calabaza o repollo para darle un poco más de sabor y consistencia a la sopa.
Carne de potro
Tenemos una aclaración pendiente sobre la carne de potro, y es que en nuestro país su comercialización está prohibida y solo se produce para exportación -y es un boom en el mercado extranjero-.
Solo las comunidades mapuches tienen permiso para consumir este tipo de carne, ya que forma parte de su cultura culinaria ancestral. Una preparación tradicional con carne de potro es el charqui, para el que solo se necesitan la carne y sal final
Los integrantes de las comunidades indígenas consideran que el mejor tiempo para prepararlo es entre los últimos días de mayo y agosto, porque luego su carne adquiere un sabor muy fuerte.
Para prepararlo, se filetea la pulpa bien fina, se le pone bastante sal fina y se deja 2 semanas al aire libre o unos 5 días en el interior de la cocina. Se conserva en una caja.
Para cocinarlo, mientras se calienta el horno, se machaca el charqui y luego se introduce en el horno junto con un poco de grasa o un chorro de aceite y sal.
Licenciado en Comunicación Social. Nacido y criado en Chubut, actualmente alejado del pago. Siempre que puedo, hablo de la Patagonia. Tengo buena memoria –para cosas bastante intrascendentes, pero buena memoria en fin–. Le meto ganas a lo que hago, porque sin pasión no vale la pena.