Podríamos afirmar que, en algunos casos, la forma en la que preparamos un producto que, de por sí no dice mucho, hace que se vuelva irresistible. Podría ser este el caso de los cornalitos fritos. Esos bichitos que salen del mar de a montones no son una exquisitez en sí mismos –así, al natural–, pero ¿hay algo más sabroso que los cornalitos fritos?
Sí, es cierto. Frita es rica hasta una suela de zapato. Pero los cornalitos fritos tienen esa mezcla de sabor, crocantez y recuerdos de tiempos anteriores que hacen que sea imposible dejar de comerlos. Además, son prácticos y sirven como entrada, como parte de una señora picada o como plato principal (quedan muy bien con puré de papas).
En fin, razones para comerlos sobran. ¿La receta? Ahí va.
Ingredientes
- ½ kg de cornalitos
- Harina 0000, cantidad necesaria
- Aceite neutro (girasol o mezcla), cantidad necesaria
- 1 limón
- Sal, a gusto
- Condimentos, a gusto
Preparación
- Sumergir los cornalitos en agua fría. Tomarlos de a uno y tirar de la cabeza haciendo un movimiento circular para retirar también las vísceras. (¿Es un asco? Sí, es un asco. Pero vale la pena). Hay quien los prepara completos, como vienen, con cabeza ojos y todo lo demás. Eso queda a criterio del cocinero.
- Lavar y escurrir los cornalitos en un colador.
- Pasarlos por harina mezclada con los condimentos a elección. Una forma práctica de enharinarlos es colocar la harina con los condimentos en una bolsa plástica y sacudirla con los cornalitos adentro.
- Una vez enharinados, freír los cornalitos de a poco en abundante aceite caliente hasta que estén dorados. No hay que cocinarlos mucho, así quedan más crocantes.
- Retirarlos y escurrirlos sobre papel absorbente.
- Servir acompañado de limón cortado en gajos y, por qué no, una cerveza bien fría.
¿Ya se te hizo agua la boca?
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.