Pensé en llamarlo locro express, locro fácil o locro mexican (porque le puse porotos colorados), pero finalmente decidí bautizarlo locro libre. No por libre menos rico. No me iba a quedar con las ganas porque básicamente tenía algunos ingredientes del locro tradicional y algunos parecidos (¿o debería decir muletos?). Cómo decía, no me iba a quedar con las ganas porque no es momento para disgustos. Así que, siguiendo los lineamientos de mi guiso de lentejas salió este platazo.
Ingredientes
1 cebolla grande
2 chorizos
1 salchicha parrillera
100 gramos de panceta
100 gramos de carne asada
100 gramos de solomillo de cerdo
2 tazas de maíz blanco
1 lata de porotos colorados
400 gramos de zapallo
1 litro de caldo
Sal, comino, ají molido y pimentón a gusto.
Aceite de oliva 20 ml.
Manos a la obra
Hacer un sofrito a fuego suave con las cebollas e ir agregando las carnes y los condimentos hasta formar una especie de estofado. A la par hervir el zapallo en el caldo y echar el maíz (yo tenia cocinado previamente) para que se ponga cremoso, y los porotos. Cuando el zapallo comienza a desintegrarse agregar el sofrito y cocinar una hora más a fuego lento.
Tip: el maíz se deja en remojo una noche y luego se hierve en agua y sal y se puede tener siempre freezado para agregar a sopas y guisos en invierno.
Hola soy “escritora de recetas”. Me gusta escribir, cocinar y escribir lo que cocino. Mi cocina es amateur y me gusta pensar que es infinita. La mayoría de las personas empezamos con la receta de alguien y algunos empiezan con una propia, pero en general todos hacemos lo que probamos en algún lado y queremos volver a comer. Pero cuando hacemos la receta del otro, la de la abuela, o la de un amigo se desata una cadena infinita. Porque quizás a mi tu receta me gusta con más sal o con menos queso. A mi amiga le gusta con limón y su abuela le ponía mucho picante. Entonces, tu receta es tuya, y puede parecerse a la de otros pero hay una en todo el universo que es tu versión, y hay infinitas versiones que terminan siendo nuevas recetas. A cocinar e inventar se ha dicho, acá, y más allá…