La milanesa es una de las comidas más tradicionales de los argentinos. Su nombre nos remonta a la ciudad italiana de Milán. Pero, en realidad, sus orígenes son inciertos. Aunque muchas cocinas latinoamericanas la vienen preparando desde hace más de un siglo, como en Perú, Chile o nuestro país. La milanesa se come a caballo (con un huevo frito arriba), suiza (con queso arriba), a la napolitana (con queso y salsa de tomates) y en muchas otras formas. Se acompaña de papas fritas, ensalada o cualquier otra guarnición. Incluso, se puede comer el clásico sanguche de milanesa, una verdadera delicia.
En Mendoza se pueden conseguir todas esas formas de la milanesa y más. Basta recorrer un poco la ciudad y sus alrededores para degustar las mejores de la provincia. Quedará en vos definir cuál es la mejor, aunque en cualquiera de estos tres restaurantes o cantinas vas a comer bien. A buen precio, manteniendo la calidad y la cantidad.
Don Coco
Es una clásica cantina de las de antes que se ha mantenido hasta hoy. Su infraestructura es una antigua casona de mediados del siglo pasado. Está ubicado al oeste de la cuarta sección de la Ciudad de Mendoza. Sobre calles Mitre y Bogado. El mostrador añejo, el mobiliario gastado y las baldosas pulidas dan cuenta del paso de los años en una casa que se ha sabido mantener. El lugar está atendido por sus propios dueños que, lejos de ser simpáticos, son lo suficientemente amables para limitarse a ofrecer el menú y los precios. Aunque dan por supuesto que todo comensal ya conoce lo que tienen para ofrecer, por eso resulta un poco incómodo, a veces, tener que preguntar qué tienen para servir. Lo cierto es que aquí se destaca la tortilla de papas, las pastas y el flan casero de postre. Pero la milanesa es el caballito de batallas de este tipo de establecimientos. De gran tamaño. La guarnición ideal es la mencionada tortilla de papas. Todo se sirve en plato marrón transparente (típico de cantina). De Don Coco uno sale pipón y feliz. Satisfecho.
La Tía Rada
En Paso de Los Andes y Francia, de Godoy Cruz. El concepto es similar a Don Coco. Antigua casona mantenida con las mínimas intervenciones e inversiones. Suficiente para que se mantenga en pie y sea sanitariamente aceptable. El local está abierto desde 1989. Doña Martha Manrique se hizo cargo de un local gastronómico que no funcionaba bien y lo supo levantar. Desde ese momento hasta hoy, La Tía Rada ha construido una marca que, en Mendoza, es sinónimo de milanesa. Su enorme tamaño, desbordando el plato, es un gusto que nadie debería dejar de darse. Los nietos de Martha, hoy a cargo del lugar, aseguran que trabajan con carne de nalga y que piden que las corten “atravesadas”, para lograr una milanesa de un solo pedazo bien grande.
El Gallego
Un típico restaurante rutero que comenzó para servir a los viajantes que paraban a descansar, pero que hoy es el destino de muchos comensales hábitos de una auténtica milanesa, quienes recorren casi 100 kilómetros para sacarse el gusto. Está ubicado sobre la ruta 40, en el tramo donde esta se convierte en la calle San Martín, del departamento de Tunuyán. Allí emerge el cartel rojo de “El Gallego”. Un enorme plato con una milanesa gigante junto con papas fritas son la vedette del local. En este caso hablamos de un restaurante más nuevo, pero que se ha construido con las tradiciones clásicas. Sillas de caño, mesas de madera y atención respetuosa pero poco amistosa. Definitivamente, es uno más del gran tridente de la milanesa mendocina.
Ya conocés tres opciones para degustar un plato típico de nuestro país, que se come en cualquier parte de la Argentina, pero que debe probarse en cada uno de esos lugares porque, en algún punto, todos son diferentes.
Argentino, mendocino. Licenciado en Comunicación Social y Locutor. Emisor de mensajes, en cualquiera de sus formas. Poseedor de uno de los grandes privilegios de la vida: trabajar de lo que me apasiona. Lo que me gusta del mensaje escrito es el arte de la imaginación que genera en el lector. Te invito a mis aventuras.