La Cumbre es un lugar bien alto en el cielo, que te invita a vivir experiencias diferentes para vivir con todos los sentidos, sobre todo con el del gusto. En esta posta turística, rinconcito serrano y amado, hay caballos que se pierden en senderos de piedra, ríos transparentes de aguas cristalinas y heladas. La Cumbre es una ciudad de la cadena montañosa Sierras de Córdoba, en el centro de Argentina. Sus bungalós similares a cabañas y sus jardines son legados de los inmigrantes británicos que llegaron a comienzos del siglo XX son atrapantes e invitan a todos sus visitantes a quedarse siempre un poco más. Cerca está Cuchi Corral, un acantilado con vista panorámica del valle del río Pintos desde donde se salta en parapente. Al norte de la ciudad, se encuentra el Museo Manuel Mujica Lainez, en la casa del fallecido escritor. Pero además de todos sus atractivos turísticos, cuenta con propuestas gastronómicas destacadas. En esta nota te contamos todo sobre cuatro espacios gastronómicos que nos ofrecen experiencias muy particulares.
1. La Urraca comida casera
De la mano de sus dueños, Mery Duggan y Carlos Santillán nace una propuesta innovadora. La Urraca es un restó ideal para comer la mejor tortilla baveuse de La Cumbre en el patio bajo el tilo o adentro si refresca. La bondiola se cocina mil horas al horno de barro con cerveza y luego se deshilacha: viene con puré de batatas y el mejor chutney, receta de la madre de Carlos. De postre, mousse de chocolate sin gelatina y de huevos de verdad. Los platos son abundantes, se pueden compartir y agrandar si los comensales lo desean. El lugar es atendido por los mismos dueños, lo que le concede un servicio especial y un trato único. El local se encuentra pegado a la reconocida casa homónima de decoración de La Cumbre.
2. Entre el mundo deco y Viva La Pepa
Hace 9 años que Lunchi González Urquiza comenzó a recibir invitados en su vagón-taller de marcos. De a poco fueron sumando productos de decoración originales y artesanales, como también artículos de blanquería: sábanas, cubrecamas, almohadones, diseñados por ella y confeccionados por un grupo de costureras de La Cumbre. Con el impulso, se sumó a la propuesta Lucila San Román, su hija. Y así fueron ampliando el galpón hasta convertirse en un negocio de delicados hallazgos, productos del arte de buscar y resignificar técnicas milenarias. Hilando fino, es una casa de decoración y diseño de muebles de Santiago del Estero, cestería de Copacabana, artesanías de Formosa, cerámica de Córdoba y Salta, entre otras provincias.
Más tarde llegó la pastelería de Viva La Pepa, de su otra hija, Josefina San Román. Que se animó a darle el toque gourmet al micromundo que sus parientes habían construido. Viva La Pepa Patisserie en el vagón extendido al jardín, con su recomendable torta mousse de chocolate, la cheesecake de maracuyá, las tartas de frambuesa de La Quinta del Ruso San Román, el tercer hijo de Lunchi, con té de Tealosophy. Cerca de este lugar, abrió La Flor, puesto de hamburguesas y tragos, entre otros sándwiches. Este combo de lugares es perfecto para disfrutar de una jornada de diseño, decoración y degustación.
3. Quinta de frambuesas El Pungo
La Quinta de frambuesas orgánicas El Pungo surgió como proyecto personal de Guillermo (el Ruso) San Román cuando volvió de Buenos Aires un verano y decidió volver al pueblo donde nació. La posta deliciosa cuenta con más de 1000 arbustos en hileras de una superficie total de 70 m de largo por 12 de ancho, de las variedades vitrobliss, rubí y autom bliss. Se cosechan de noviembre a marzo para familias, restaurantes, heladerías. También hay frutillas. En este lugar se comercializan dulce de frambuesas e infusiones con tortas de estos frutos rojos.
4. Diquesí
Este chiringuito de autor pertenece a Santiago Blondel, el reconocido chef cordobés que siempre apuesta a más y revoluciona el mundo gastronómico. Esta posta se encuentra en el galpón del Dique San Jerónimo, a 8 km de La Cumbre. Ofrece cortes de carne desde una coqueta parrilla a la vista, más las preparaciones provenientes del horno de barro y ensaladas de verduras y flores de huertas vecinas, platos para que el programa del Dique valga aún más la pena.
5. Gapasai
Esta posta más que un restaurante, es una experiencia con todas las letras. Es la cocina que nace también de la mano del reconocido chef Santiago Blondel en La Cumbre. Se trata de un proyecto familiar en el que este cocinero trabaja con sus hermanos hace ya diez años. De hecho Ga es Gastón, el sommellier; Pa es Pablo, el de los números; Sa es Santiago, el cocinero ganador del premio Prix Baron B Edition Cuisine por su proyecto gastronómico y I es Inés, la pastelera y artista, artífice de que todo funcione bien. Su cocina busca recuperar el trabajo familiar y local de las familias ligadas al bosque nativo y los ecosistemas serranos.