¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Martes 06 De Junio
“El vino es de las pocas cosas que no exige esa urgencia a la hora de presentarlo o lanzarlo, sino que al contrario, uno sabe que esas demoras lo mejoran: son inversiones. Me parece alucinante. No sabía que existía algo así, tan diferente al mundo de la música, donde hay que lanzar el sencillo, grabar un video, hacer la promo, sacar el disco y salir de gira. ¡Y todo es ya!”
Éstas son palabras de Coti Sorokin, cantante y compositor argentino. Se define como fan y buen tomador de vinos pero agrega que poco sabe de hacerlos. Aunque esto no le ha impedido lanzar su propio blend.
Para ello se sumó a las filas de músicos de todo el país que han desarrollado varietales con el gran hacedor Marcelo Pelleriti. Coti comenta que los une una relación de amistad en la música y que luego de una juntada en Tunuyán nació la propuesta de hacer un vino.
El cantante recuerda que cuando empezó todo, no quería un Malbec puro, y buscó algo con un toque francés. Luego de probar varias muestras, se decidió por una compuesta de Cabernet Franc en un 65 % y Malbec 35 %.
Verso, así bautizado éste blend, se desarrolló en 2013 y tuvo una gran guarda desde allí. Fueron lanzadas 3000 botellas a mediados del 2016.
Mucho tiene que ver con su último lanzamiento discográfico de estudio. El proceso de creación de ambos se dio en simultáneo, de allí que su etiqueta esté tan vinculada a la tapa de su disco.
Las letras, poseen gran ligazón con su vino. Lo llamó Verso porque quiso mantener el espíritu de la invitación a componer un vino que le hizo Marcelo. Él le propuso que escribiera palabras, versos, recuerdos, fantasías y todo lo que le inspirara aquello que iba probando. El proceso fue una especie de catarsis muy asociada al placer de la degustación. Y para el cantautor, lo técnico es valioso, pero le importa más que le genere querer escribir algo.
La musa siempre son ideas inconexas que bajan de una nebulosa y se expresan en una canción o en un elixir.
Un claro predominio de Cabernet Franc le aporta su gran estructura y vigorosidad, con una entrada voluminosa se regodea en boca engalanando su paso con la fruta que sólo un Malbec puede aportar. En una invitación al placer de los sonidos, cerramos los ojos y los recuerdos de los días que recorremos en la vida fluyen con el brío de un néctar que colma nuestras papilas y con una larga duración somos perceptibles del gozo de los recuerdos.
El vino es música en sí mismo. Encierra belleza y armonía, planificación y composición, expectativa y deseo.
Un blend digno de ser degustado.
En palabras del autor “es un vino riquísimo, estoy alucinado”.
Fecha de Publicación: 19/01/2020
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