Después de algunos años de uso, los utensillos de cocina, sobre todo, las cucharas de madera suelen perder su color. Y, lo peor, tomar un olor bastante feo. Eso tiene una solución muy sencilla: hervirlas y secarlas al sol. Mágico.
Las tablas de madera son un poco más complejas, pero nada difícil. Primero, se frotan con sal gruesa. Después de 10 minutos, se frotan con limón y se dejan secar. Y listo.
Un entusiasta del arte culinario. Creador de sus propios platos, desde hace más de 10 años. Maestro del disco de arado. “El asado, se hace con leña.”