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Chipá mbocá, una delicia para asar

Poné la leña y preparate para disfrutar este chipá correntino que, durante mucho tiempo, estuvo fuera del radar regional.

Luego de algunos años, esta receta volvió a estar de moda gracias a las familias de la provincia de Corrientes. De hecho, es bastante recurrente visualizar en las calles un despliegue de carritos de comidas y maquinarias listos para su elaboración. Sin dudas, cuando hablamos de chipá se nos vendrá a la mente una extensa variedad que atraviesa cualquier gusto. Pero este sube la apuesta de las costumbres argentinas y se hace a la parrilla.

En su traducción literal, significa "torta revólver". No es que vaya a matar a alguien, aunque podría hacerlo en sentido figurativo por su ricura. En realidad, es por su forma de cocción, que involucra a un palo cilíndrico que recuerda al cañón de uno. Esta consiste en una masa de almidón de mandioca, huevos, materia grasa y queso. Su particularidad viene con la largura propia del elemento sobre el que se la cocina. Además, nos encontramos con su contextura ahuecada y ese toquecito propio del calor de las brasas.

Si bien su denominación va cambiando según el lugar y la cultura, podemos conocerlo también como chipá asador o kavuré. Los registros históricos atribuyen su creación a la comunidad guaraní. El fundamento sería que estos preparaban panes y tortas de maíz o mandioca. Y, a pesar de que es un alimento muy consumido y popular en Corrientes, sus inicios se ubican en la provincia de Misiones.  

Aunque, si profundizamos aún más, el área jesuítica-guaraní correspondiente al territorio misionero pertenecía a Paraguay y no a Argentina en aquella época. Según expertos de la historia social paraguaya, la gastronomía popular del país vecino se solidificó luego de la guerra contra la Triple Alianza. Por lo tanto, se dice que sus platos tienen mucho contenido calórico y proteico por la situación de pobreza que sobrevino.

Ingredientes

Preparación

  1. 1. Colocar la fécula sobre la mesada y forma un hueco en el centro, agregar la manteca cortada en trozos y trabajar con los dedos hasta formar un granulado fino.
  2. 2. Incorporar de a uno los huevos y unir con los dedos, sin amasar. Luego, adicionar el queso cortado en pequeños trozos, el parmesano rallado, la sal y el azúcar.
  3. 3. Continuar trabajando la masa de la misma manera y agregar leche de a poco hasta formar una textura blanda que no se pegue en las manos.
  4. 4. Una vez realizada, preparar la zona para asar y calentar bien la brasa. Acto seguido, en la tacuara o palo, ir forrando la misma con la masa en tamaños a gusto.
  5. 5. Por último, llevar al fuego por unos minutos e ir girando el elemento para que tome una cocción homogénea.

Eso es todo, amigos. Hasta aquí llegó el recorrido abreviado de una comida que ha sobrevivido inclusive conflictos bélicos. Pero a no desanimarse que, en la actualidad, su consumo está vinculado a meras sensaciones amenas. Lo podemos corroborar al observar su presencia entre los mates de amigos y los paseos de domingos en familia. Así fue, entonces, cómo el pueblo correntino desempolvó un elemento importante del pasado y lo transformó en tradición. Una que hace feliz a la panza y la rompe en sabor, por cierto.

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