Sí, sí, es verdad: el carrot cake (o budín de zanahoria, en criollo) no es una receta particularmente argentina. Es cierto. Pero es rico, simple y les gusta a todos, así que se merecía su espacio. Si te suena raro que la zanahoria sea la protagonista de un budín, porque la asociás con recetas saladas, te vas a llevar una sorpresa. La textura y el sabor que le aporta a la preparación no se compara. Confiá en mí.
Además, como la idea es que viremos hacia una alimentación cada vez más saludable, con productos reales y ricos en nutrientes, hoy te hacemos llegar una versión saludable de este carrot cake. ¿Seguís dudando? Hacelo y me vas a dar la razón. ¿Vamos?
Ingredientes
- 100 g de harina integral
- 50 g de avena
- 200 g de zanahoria (más o menos, 1 unidad mediana)
- 2 huevos
- 50 g de azúcar mascabo (si no tenés, usá común, ¡pero no es lo mismo!)
- ½ taza de leche (entera, descremada o vegetal, ¡la que prefieras!)
- 3 cucharadas soperas de aceite (coco, oliva, maíz, girasol)
- 1 cucharada de polvo para hornear
- Esencia de vainilla
- Un puñado de nueces (¡a gusto!)
Preparación (es tan fácil que no lo vas a poder creer)
- Rallá la zanahoria y reservá.
- Licuá o procesá todos los ingredientes, excepto la zanahoria y las nueces.
- Una vez licuado, incorporá la zanahoria. Podés dejarla así o procesarla un poco más para que se pierda en la preparación (si la dejás rallada, se va a sentir más).
- Agregá a la mezcla las nueces picadas (podés cortarlas con la mano también). Podés agregar algunas enteras por encima para decorar.
- Colocá la preparación en una budinera con un poquito de aceite y cociná en el horno a fuego medio-bajo. Demora unos 30 o 35 minutos. Para saber si está listo, pinchalo con un cuchillo. Tiene que salir limpio.
Ahora un punto importante: ¡dejalo enfriar! Luego vas a poder desmoldarlo fácilmente y disfrutarlo junto a unos ricos mates. ¡Contanos cómo te salió!
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.