¿Batata o membrillo?

En Argentina, hasta de las más pequeñas cosas podemos hacer una verdadera batalla. Todo es a los extremos: Boca o River, radicales o peronistas, Soda o Los Redondos. En materia culinaria, hay una pelea histórica: ¿batata o membrillo? Hay fanáticos en ambos bandos. Sucede que estos dos dulces son los protagonistas de uno de nuestros postres más típicos: el postre vigilante.

A quién se le ocurrió juntar un dulce con un queso y servirlo como postre no está claro. Hay quienes dicen que la tradición viene del norte del país, donde es popular el quesillo con dulce de cayote. Como sea, esta combinación se volvió la preferida en los restaurantes y bodegones argentinos: simple, rico y barato. ¿Qué más?

Lo curioso de este postre es su nombre: ¿por qué se llama “vigilante”? ¿Por la policía? Claro que sí. Algunos historiadores afirman que la denominación se originó en una fonda de Palermo (Buenos Aires) en los comienzos de la década del 20. Allí, este postre se hizo muy popular entre el personal de una comisaría cercana. No está claro si fue por practicidad o por precio. Pero, a partir de entonces, el queso con batata o membrillo comenzó a llamarse “postre vigilante” (o, también, “queso y dulce”).

Si querés prepararlo en tu casa, no hay mucha ciencia. Lo más importante es elegir el queso y el dulce que prefieras, y sobre esto es que se genera la gran polémica. ¿Fresco y batata? ¿Membrillo y Mar del Plata? (a esta combinación hay quienes la denominan “Martín Fierro”). Como sea, solo tenés que cortar un trozo de cada uno, ponerlos uno sobre el otro, y disfrutar. Porque no hay nada más argentino que el postre vigilante.