El último gran noqueador argentino

Lucas Mathysse tenía dinamita en las manos. Fue un noqueador de raza.

Sureño, hijo de Trelew y de un boxeador, hermano, tío, sobrino y cuñado de otros más. Pegaba tan fuerte que hasta Mike Tyson lo elogió en la revista The ring. Lo que le valió estar entre los pocos argentinos que lograron ser tapa del afamado magazine. También su pegada y su récrod hicieron que Oscar de la Hoya lo eligiera como pupilo. El gran Oscar. Que bajó a Buenos Aires para sumarle prensa a un Mathysse solitario, retraído, poco amigo de la exposición y los medios. Su record final fue de 39-5, con 36 KO. Vaya pegada que tenía.

Por si ésto no fuera poco, era guapo

Pocos saben que cuando perdió el título con Danny García, peleó con el pómulo quebrado. Así y todo, fue por puntos. "La Máquina" sufrió solo dos KO. Uno cuando resignó su segundo título contra Manny Pacquiao. Lo condenaron porque decían que Manny estaba grande... me pregunto qué dirán esos mismos a cerca del filipino ahora, que volvió a ser campeón a los 40, ganándole a Adrien Bronner. Perdió contra uno de los más grandes del boxeo.

En nuestro país, Lucas Mathysse fue uno de los más grandes

Integró la Triple M, con "El chino" Maidana y "Maravilla" Martínez. Último trío de eximios peleadores locales. Hay que remontarse hasta los 90 para encontrar a otro trío semejante: "Látigo" Coggi, "Locomotora" Castro y "El zurdo" Vazquez.

Su primer título (Welter Jr CMB) lo ganó frente a Ajose Olesegul. El segundo (Welter AMB) a Tewa Kiram. En el camino quedaron boxeadores de la talla de Prodovnikov y Molina. Y las injustas derrotas frente a otros dos grandes: Judah y Devon Alexander.

Fueron 14 años de un box inolvidable. Encima, en su carta de despedida escribió varias veces la palabra "Gracias". Somos nosotros los que tenemos que estarle agradecidos.