¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la sección¿Naturaleza o patrimonio histórico? Ese es el gran dilema que tienen por estos tiempos en la localidad de Ostende, perteneciente al Municipio de Pinamar, en la provincia de Buenos Aires. Sucede que la Elenita, la casa de veraneo que el expresidente Arturo Frondizi construyó en 1935, está a punto de quedar sepultada bajo un médano. La fuerza de la naturaleza contra el poder de la historia.
La Casa Elenita se encuentra en la Rambla Sud de Ostende, entre las calles Anvers y Estocolmo. Es una pequeña casilla de madera construida sobre la playa por el propio Frondizi y su familia. Allí veraneó durante largos años junto con su esposa, Elena Faggionato, y su hija Elenita, en honor a quien bautizó la casa. Se la considera un modelo de construcción sustentable entre dunas, la única que logró sobrevivir durante 85 años. La casa fue declarada Monumento Histórico Provincial, además de Edificio Histórico Patrimonial del Partido de Pinamar y de Interés Municipal, junto con la declaratoria de Vecino Ilustre de Frondizi, presidente argentino entre 1958 y 1962.
Sin embargo, toda esa historia está en peligro de quedar bajo un médano de 17 metros de altura. De acuerdo con un informe del Frente Marítimo Pinamar, la situación es preocupante: "La construcción se encuentra rodeada de un enorme volumen de arena viva y la altura de la duna supera a la de la casita. Además, se halla emplazada en un sector de playa de Mar de Ostende que es una zona de acumulación de arena, donde el ingreso de ese material hacia el continente es constante".
Mercedes Faggionato es la sobrina política de Arturo Frondizi, y es heredera y custodia de la histórica casita. Además, vive a solo cuatro metros del lugar, y observa día a día cómo la arena avanza y la Elenita corre el riesgo de desaparecer en cualquier momento.
Para salvar el lugar, Mercedes se juntó con otros vecinos de la zona y formaron la Asociación Amigos de la Elenita. Desde 2015, vienen solicitando la asistencia de los gobiernos provincial y municipal. En marzo de 2019, presentaron a la Intendencia de Pinamar un proyecto de recuperación diseñado por profesionales especialistas en dinámica costera. Hasta hoy, no han recibido respuesta.
En la otra vereda de este conflicto, se para la cuestión medioambiental y las leyes que lo preservan. De acuerdo con fuentes del Municipio, no es posible remover por completo el cordón dunícola que rodea la casita, ya que existe legislación que lo prohíbe. Por eso, cualquier intervención que se realice debería garantizar la preservación del monumento sin alterar la dinámica litoral.
De esta manera, entramos en la disyuntiva: ¿el respeto a la naturaleza o la preservación de una parte de nuestra historia? Una tarea difícil tienen por delante los vecinos y las autoridades de Ostende. Ojalá sea posible llegar a una solución que pueda conservar en equilibrio ambos factores.
Fecha de Publicación: 10/07/2020
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