¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónDe los pueblos originarios a los gauchos, el poncho es una prenda que atraviesa toda nuestra historia. Utilizado para el abrigo y para la pelea, es –hasta el día de hoy– el principal producto artesanal de nuestro país. El poncho está realizado a mano a partir de técnicas que se transmiten de generación en generación y con materias primas naturales, propias de cada región.
El proceso de confección de la prenda lleva su tiempo. Todo comienza con la esquila, la recolección de la fibra que puede ser de distintos animales: llama, alpaca, oveja, guanaco o vicuña, dependiendo de la región. Luego, el material pasa a las manos expertas de las artesanas (tradicionalmente, quienes se encargan de confeccionar los ponchos son –en general– las mujeres), que demoran entre uno y cuatro meses en tener la prenda terminada.
Una vez que cuentan con la lana, es momento de poner manos a la obra. Primero, se limpian las fibras y se dejan secar al sol. Posteriormente, se estiran hasta formar un vellón. Entonces comienza el trabajo artesanal del hilado: a mano, con la ayuda de un huso o una rueca (un elemento de madera similar a un trompo).
El poncho es una prenda que tiene mucho que ver con el lugar de donde viene, porque todo lo que se utiliza para realizarlo sale de la propia tierra. Por eso, los distintos colores que caracterizan a los ponchos de cada región, muchas veces, tienen que ver con las tinturas naturales que se encuentran en cada sitio. Los rojos de los ceibos, los azules de las moras, los verdes del molle, los amarillos de la mikuma y el dorado del ruibarbo. Estos, entre muchos otros elementos, pintan los hilos de nuestros ponchos.
Las técnicas de tejido utilizadas, además de los diseños, representan a cada comunidad, a cada pueblo, a cada provincia y a cada región. Estas se enseñan de generación en generación y, en algunos casos, la familia entera se involucra en esta tarea que es más un ritual que una ocupación.
El poncho es mucho más que una prenda. Es tradición, es comunidad, es herencia, es naturaleza, es pertenencia. Entre sus hilos se mezclan anhelos ancestrales, secretos, alegrías y tristezas. Es la tierra, pero también son los dioses que representan a cada una de las culturas que habitan y habitaron nuestro suelo, de punta a punta del país. El pasado y el presente se cruzan y se vinculan en esta prenda, que es nuestra historia y nuestras historias a la vez.
Fecha de Publicación: 19/07/2020
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