En La Rioja, una festividad histórica entabla un cruce entre religión y política. El Tinkunaco es celebrado los 31 de diciembre de cada año, siendo una de las ceremonias religiosas más importantes.
Para comprender dichos festejos es necesario entender su procedencia y, como ambas cuestiones, ya sean políticas, religiosas e históricas convergen.
El Tinkunaco rememora aquel pacto de paz realizado entre los diaguitas y los conquistadores españoles, en pascuas de 1593. Años más tarde, los jesuitas tomaron ese día como propio de sus prácticas evangelizadores, convirtiéndolo en la celebración actual que se lleva a cabo tras más de 400 años.
El lado histórico de la festividad
En 1591, las tierras de lo que es hoy La Rioja estaban habitadas por los diaguitas. Tratados como esclavos, sin libertad alguna, trabajaron sin descanso a manos del conquistador español Juan Ramírez de Velasco. Este último fundaría la ciudad de Todos los santos de la nueva Rioja el 20 de mayo de 1591. Además de las revueltas, conquistar y esclavizar, querían destruir la cultura originaria sin dejar rastro de la misma. Tal es así que , en territorio diaguita, construyeron un fuerte, simbolizando su autoridad sobre el lugar.
Durante dos años seguidos soportaron constantes maltratos hasta que decidieron levantarse contra los opresores. Los diaguitas, enfurecidos por tales atropellos, se armaron para dirigirse a la ciudad y atacar. Ya en el fuerte, específicamente en las puertas de entrada, se encontraron con el Fray Francisco Solano. En una lengua única, Solano logra frenar el ataque de los diaguitas. Acto seguido, ellos sellan un pacto de paz que perdurará por siempre. Finalmente, acceden a ser bautizados más de nueve mil indígenas por el Fray.
El lado religioso de la celebración
Los jesuitas fueron el otro factor fundamental de la festividad. Ellos tomaron los hechos ocurridos tras el levantamiento diaguita y el posterior pacto de paz, y lo transforman en una ceremonia religiosa. estas cuestiones eran algo que los jesuitas realizaban a menudo durante su evangelización. Su método era tomar algún símbolo de la cultura originaria y transformarlo en rituales católicos. Así, podrían implementar la religión de una forma accesible, llamativa y no brutalmente impuesta. Al haber instaurado este sistema, introdujeron una imagen de un Niño Jesús vestido como un alcalde español pero con características similares a la comunidad andina. Esto produjo que los nativos comprendieran la autoridad de Cristo. Al tener el relato y la figura o imagen, habían evangelizado al pueblo de La Rioja con una celebración religiosa, la cual, con el tiempo fue perdiendo sus elementos indígenas.
¿Cómo es la ceremonia del 31 de diciembre?
Los 31 de diciembre, todo el pueblo riojano se congrega para salir .La procesión inicia en la Iglesia San Francisco de Asís, con la figura del Niño Jesús Alcalde. También es llevada la imagen de San Francisco Solano por los párrocos de la orden franciscana, acompañados por el intendente , sus secretarios, los promesantes del Niño Jesús y los 12 aspirantes de la cofradía de los Alféreces. Mientras, desde la Iglesia Catedral ,es llevada la imagen de San Nicolás de Bari por los promesantes, el alférez mayor, el obispo, los guías y todos los miembros jerárquicos de las iglesias de la ciudad.
Al mediodía puntualmente, ocurre el encuentro entre las dos imágenes en el centro de la plaza 25 de Mayo, haciendo alusión a aquel pacto histórico. Allí son recibidos por las autoridades políticas, los fieles, vecinos y espectadores. Al juntarse las dos procesiones ,todos estallan en felicidad, abrazos y alegría. Cuando la ceremonia toca el final, las imágenes son llevadas a la Iglesia Catedral donde permanecen hasta el 3 de enero. Al día siguiente se celebra la procesión de San Nicolás de Bari, durante esos días de ceremonia resuenan cajas chayeras repitiendo sin cesar cantos en quechua dirigidos al Niño Jesús Alcalde.
Sin duda alguna el Tinkunaco es una de las fiestas de la cultura riojana que confluyen lo histórico, religioso y político de la provincia. Así deban soportar el feroz calor del verano de La Rioja, los fieles asisten, pues nadie quiere perderse esta tradicional ceremonia y, participar en ella es honrar las raíces.
Argentino. Nacido en Tucumán. Técnico en Comunicación Social y técnico en RRHH. Escritor por hobby. Amante de las novelas gráficas, los libros y, sobre todo, Tolkien. Conocer y aprender, siempre en constante movimiento.