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“Los centros gauchos significan una mirada puesta en el futuro”

Un recorrido por los centros tradicionalistas, y los gauchos, en la opinión de la especialista María Cecilia Pisarello. “Las mujeres de la campaña, verdaderas agentes de cultura criolla”, afirma.

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Gaucho

“Mi acercamiento al tradicionalismo, y el gaucho,  se produce en 1998 con la sorpresa por el éxito de la Peña “La Eulogia” en San Telmo. Era cuando la globalización parecía liquidar a las tradiciones nacionales”, recuerda María Cecilia Pisarello, antropóloga e investigadora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano del Ministerio de Cultura de la Nación, y enlaza las postales, “resultaba muy significativo para mí la cantidad de jóvenes y cómo vivían costumbres que yo prejuzgaba olvidadas. Así que contacté al Circulo Criollo de Moreno y el Círculo Criollo Martín Fierro de Martín Jáuregui, ambos organizadores de la Peregrinación Gaucha a Luján, que se realiza una semana antes que los jóvenes, y allí empezó mi investigación de más de dos décadas sobre el tradicionalismo y sus instituciones”, señala la científica que continúa trabajando sobre el presente del sentimiento gaucho y criollo en los dos mil.  En una actividad especial por el Día del Gaucho en el Museo Hernández, hoy comparte algunos resultados de horas de mates, anécdotas y gauchadas con los principales tradicionalistas del país. Hombres y Mujeres.

 

Periodista: ¿Qué tradicionalismo encontró al comienzo de su trabajo?

Cecilia Pisarello:  Me encontré con una Argentina que no conocía. El tradicionalismo  es un fenómeno vivo e ininterrumpido que se observa como redes de inclusión.   Una característica de nuestro tradicionalismo es que se extiende desde la Mesopotamia a la Patagonia, desde la Pampa a la Cordillera. Es un fenómeno de tierra adentro invisible para los porteños. Pero a partir de la General Paz florecen las agrupaciones tradicionalistas, los fortines o centros nativistas. En los últimos años han tenido más visibilidad incluso asociándose con un calendario de fiestas populares, aunque con sus reglas, por ejemplo como participan en familia, y sus animales, se buscan las temperaturas más benignas para los festejos. O  que mucha gente realiza peregrinaciones gauchas con un cura, y cuando paran en las escuelas de los pueblos, los pobladores le acercan pedidos para ser leídos, por ejemplo, ante la Virgen de Luján previo a la Misa de los Gauchos.

 

“Los centros criollos son sinónimo de hermandad”

P: Hay un fuerte preconcepto sobre los centros tradicionalistas…

CP: Primero hay que discutir los mitos, o prejuicios, que envuelven a los centros tradicionalistas: que es un fenómeno armado desde la Sociedad Rural, que defienden una postura patriarcal, conservadora y retrógrada, o que son un que ancla en una perniciosa nostalgia por tiempos idos.  En realidad, los centros gauchos significan una mirada puesta en el futuro, en el futuro de los hijos, de la familia, el país. Por eso en los calendarios hay una apuesta por la memoria histórica, pero no solamente del 25 de Mayo o el 9 de Julio, sino que hay varias fechas que destacan los hechos, y héroes, regionales. Existe una fiesta popular regional, el Día del Gaucho de Cuyo, que se celebra en el medio del desierto, cerca de las Laguna de Guanacache, en el vértice de San Juan, San Luis y Mendoza. Allí se firmó el primero de abril de 1827 un acuerdo entre los gauchos que prometían defender los lazos de hermandad. En la actualidad se festeja alrededor de un monolito con tres caras mirando a cada provincia, y que representa a un hombre a caballo vestido de típico gaucho cuyano.

 

P: Distinto al bonaerense que uno imagina por defecto.

CP: Los gauchos son muy diferentes según la zona y no todos son como el bonaerense, ese estereotipo del paisano con platería desfilando sobre asfalto. Y no, cada región tiene sus gauchos. En la zona del Noroeste se usa mucho el guardamonte para proteger las piernas de los espinillos. O en Cuyo, la vestimenta del paisano tiene bordados y colores muy llamativos. En nuestro tradicionalismo aparece fuerte la cuestión en regional. Y sin embargo ese regionalismo queda subsumido en lo nacional. Ser tradicionalista es ser nacionalista. Distinto a Brasil que cuenta con muchos centros tradicionalistas gauchos pero todos remiten a una misma zona, a Río Grande Do Sul. En cambio en Argentina, las actividades de los tradicionalistas se ligan a sucesos colectivos que invitan a todos a sus Pagos en  fiestas, cabalgatas y peregrinaciones, porque la devoción popular juega fuerte en estos grupos,  o las celebraciones patronales. Los centros nativistas se van trasladando de pueblo a pueblo en un sentimiento de argentinidad que los une.

Otros encuentros muy importantes son las Fiestas Ecuestres, que celebra el vínculo del gaucho y el caballo. Allí surge patente esa imagen del gaucho que participó en las Guerras de la Independencia y Civiles, luego en la luchas de la Frontera, y quedó inmortalizada en el Martín Fierro. Al gaucho además se le reconocen muchas habilidades necesarias para desenvolverse en el ámbito rural. Y una serie de artes que el tradicionalismo se encarga de transmitir, la talabartería, la soguería, la platería criollo y tradicional, y las danzas folklóricas y la música de tierra adentro.

Los círculos criollos cumplen una función vital en asegurar nuestro legado. Aunque no todos tienen sedes para llevar adelante su tarea, ellos van encontrando los espacios.  Incluso en los pueblos donde no llega más el tren se da una movida muy interesante, y gracias a convenios con los municipios, los tradicionalistas recuperan con acción social las viejas estaciones.  

 

P: ¿Quiénes participan de estos centros?

CP: Por supuesto que se invita a todos los pobladores del lugar, hombres y mujeres, grandes y chicos, sean o no del círculo. El tradicionalismo es muy abierto y contrario al prejuicio de que es sólo para un determinado grupo de gente. Lo que uno puede comprobar es que cumplen un servicio conectando saberes y gente, algo que no es habitual en una sociedad que compartimenta sus ocios y recreos entre grupos etarios. Los centros criollos son sinónimo de hermandad.

 

Las bravas mujeres criollas

P: ¿Y qué imagen tienen los tradicionalistas del gaucho?

CP: Los que se acercan a estos centros lo hacen también por admirar la figura arquetípica del gaucho. Una figura popular que la gente se identifica aunque tiene que ver más con la cultura criolla en general. Hoy creo que quienes se integran buscan compartir una forma de vida en el criollismo que excede la figura del gaucho. Debemos acá pensar en qué simboliza el gaucho hoy. Y depende de cada zona. En Buenos Aires el gaucho ha sido desplazado en las tareas del campo con la inclusión de la tecnología. Pero en Salta y Jujuy vemos que las agrupaciones son realmente de gauchos, muchos efectivamente trabajan en el campo, y sus participantes se definen gauchos. No hablan del gaucho como un personaje del pasado. Y se sienten herederos de Los Gauchos de Güemes.

En otras regiones son personas que tienen los valores del gaucho pero en la diaria no visten así ni comparten sus costumbres. Pero cuando se visten de gaucho en las fiestas, y peregrinaciones, representa un gran honor y emoción. Invierten a veces sus ahorros en los mejores atuendos y adornos.  En ese momento no se disfrazan sino que se reconocen hijos de los gauchos de antaño y difunden orgullosos una mirada gaucha de la vida. O sea ser sincero en cómo encarar las cosas, revalorar la relación hombre- naturaleza, y dar importancia a eso perdido en la virtualidad, y el deterioro de las relaciones humanas, hablamos del valor de la palabra.

 

P: Hablamos de los gauchos, ¿y las chinas?

CP: Ocupaban el rol que tenía la mujer en la época, y que no resultaba tan distinto a otras clases sociales, o en la ciudad. No es que fuera menor sino que estuvo invisibilizado por los historiadores y narradores varones. Y la verdad que para enfrentar las duras condiciones de vida en el campo, en todas las épocas, son necesarias mujeres muy fuertes.

Recuerdo el relato del hijo de una mujer que era esposa de un juez de agua en Jujuy, un rol público que tienen aquellos que se encargan de repartir en partes iguales el agua de las escasas acequias.  El hombre tuvo enfrentamientos con los hacendados del pueblo que reclamaban más agua para sus plantaciones. Y de un día para el otro apareció asesinado en una acequia. Dejaron a una mujer con nueve hijos en medio de la Puna. Y ella sola se encargó  de alimentar y educar a todos sus hijos, y uno de ellos hoy participaba de un centro nativista y podía contar la historia. Existen miles de historias de mujeres de la campaña, verdaderos agentes de cultura criolla, quienes los fines de semana podían ir de aquí para allá con su guitarra mientras en la semana eran las parteras del pueblo.

A la par del gaucho debemos ubicar a las chinas, las mujeres criollas, que han sido esenciales en transmitir saberes y valores. Pensemos  que los hombres casi no estaban en sus ranchos, en la casas humildes, y que en ellas recaía mantener el núcleo familiar, y educar a los hijos.

 

P: ¿Ellas participan la actualidad de los centros tradicionalistas y gauchos?

CP: ¡Un montón! Existen varios centros criollos organizados casi exclusivamente por mujeres. En Bahía Blanca tenemos uno “Entre mate y guitarra”, un grupo de mujeres que se reunía los sábados a cantar y matear en una plaza. Otro en Sierra de la Ventana donde mujeres a caballo peregrinan al Oratorio del Pueblo. En Santa Fe en la Fiesta de la Primera Yerra, que recuerda la primera marcación vacuna realizada por Juan de Garay en la Argentina, participa una agrupación mayormente de mujeres que se reunieron con el objetivo de conservar las tradiciones santafesinas.

Orlando "Fito" Binaghi, una figura relevante no sólo para el Círculo Criollo El Rodeo del Palomar sino para todo el tradicionalismo moderno, dijo una vez que quisieron nombrarlo presidente  por su trabajo por la Federación de Centros Tradicionalistas de la Provincia de Buenos Aires,  que ese era un título honorario, y quienes en verdad trabajaban por nuestras tradiciones eran las mujeres que sostenían las secretarías de los centros criollos. Si tenemos tradiciones mucho es por el trabajo y el amor de nuestras mujeres criollas.

Fecha de Publicación: 06/12/2020

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