Santa Rosa de Calchines carga, desde sus orígenes, la impronta costera. Por eso es sede de un festival que rinde homenaje al islero. Hombres y mujeres del río reflejan el patrimonio natural y los recursos principales de la zona.
Con el agua y el sol como escenario natural, el pueblo invita todos los años a este tradicional encuentro folklórico, con entrada libre y gratuita. La Fiesta del Islero se ha transformado en una referencia del verano en la costa santafesina. En lo que denominan una “jornada santarroseña”, la localidad se ve colmada de festejos: encendido de antorchas, desfile de canoas, gastronomía a base de pescado, feria de artesanos y emprendedores, y ceremonia de homenaje a los isleros. A los festejos se suma la música con grupos de la zona e invitados, acompañada de una multitud bailando dispuesta a divertirse y hacer de la fiesta algo bien autóctono.
El paisaje con el que arranca la jornada es hermoso. Las embarcaciones van llegando a la tierra del agua y el sol, que les ofrece una cálida bievenida.
Como si fuera poco el espíritu festivo de todo el púbico, que goza del folklore y la exaltación de la cultura islera, el evento propone una fuerte impronta de comida regional. La gastronomía autóctona del pescado de río se luce durante este fin de semana santarroseño. Pescado frito, empanadas, sábalo a la parrilla, postas, bandejas de picada. Todas variantes de carnes ictícolas son acompañadas por las ricas y frescas cervezas santafesinas.
Todo lo dicho, consagra, año a año, al Festival del Islero como un evento turístico que ya trasciende las fronteras de Calchines.
Santa Rosa como destino
Santa Rosa de Calchines es uno de los principales puntos turísticos del circuito costero santafesino. Se caracteriza por encontrarse a la misma distancia de las dos ciudades capitales de las provincias de la región: en una hora, llegás a la tierra del agua y del sol tanto desde Paraná como desde Santa Fe capital.
La tierra del agua y del sol es una enorme franja rodeada de agua, casi una isla gigante entre los brazos del Paraná y los bañados del Salado. Originariamente habitada por pueblos nativos, la etnia de Calchines, citada por el fundador de Santa Fe, Juan de Garay, le dio su topónimo para siempre. En 1861 los franciscanos comenzaron a levantar el templo, referente en el siglo XIX de la avanzada sobre las fronteras. Llegaron luego los inmigrantes y comenzaron a marcarles los surcos de los labrantíos. Hoy es tierra histórica, cultural y productiva. Eminentemente natural, conserva un paisaje silvestre que poco ha cambiado con los años. Sus pobladores hablan con orgullo de la tierra donde el sol asoma y se esconde en las latitudes con rumbo de agua.
Si te gustó la idea de tomar la Ruta Provincial Número 1 y pasar el finde en Santa Rosa mientras disfrutás de esta fiesta, tenés muchas variantes de ajojamiento. Para los pescadores, hay cómodas cabañas y bungalows. Pero también hay complejos para toda la familia, con juegos y todo tipo de amenities.
Santa Fe sorprende al país con opciones turísticas. Para los amantes de las fiestas regionales, llegarse a este pueblito ribereño y homenajear al islero es una gran opción.
Argentino, nacido en la ciudad de Santa Fe. Licenciado en Comunicación Social, especializado y apasionado por la redacción. Amante de las canciones, los idiomas y la interculturalidad. Me gusta emocionarme con un lindo texto y dejarme sorprender como un niño. Juego a que soy escritor y músico.