El 21 de septiembre se celebra el Día del Estudiante en todo el país. Pero, para nosotros, los mendocinos, esto es una tradición mendocina que se fue expandiendo por toda Argentina. La práctica de faltar a la escuela, o hacernos la rata, juntarnos en una plaza céntrica y mirarnos las caras, creyéndonos vivos, es de mendocinos.
Farándula estudiantil
Tan arraigado están la celebración y los honores hacia los estudiantes que hasta hemos denominado “farándula estudiantil” a ese grupo de personas en edad de nivel secundario que deambula por la vida sin demasiadas pretensiones, esperando el fin de semana para juntarse con amigos, tomar unos tragos y reír a carcajadas de los chistes más estúpidos.
Pero la farándula estudiantil se vuelve más farandulosa aún cuando llega el 21 de septiembre, su día. Las escuelas, desde hace décadas, organizan eventos, espectáculos y atracciones, resignadas a dictar clases en esas jornadas. Pero, aun así, la mitad de los estudiantes faltan. Esa es la gracia. Algunos avisan en sus casas, directamente, a poto pelao: “No voy a ir a la escuela, pa. Me voy con los chicos al Parque”.
Otros deciden “correr el riesgo” y jugar al fugitivo. Llegan hasta la puerta del colegio, dan dos o tres pasos hacia adentro (en caso de que los lleven sus padres) y, en cuanto el auto se alejó, corren hacia atrás y se encuentran en la esquina con el resto de sus amigos. ¡Pero qué adrenalina!
La jornada tiene su corolario en el punto de reunión. En un parque o en una plaza, los chicos fuman sus primeros cigarrillos, alguno pone música con el celular y toman una cerveza o una gaseosa. Eso es la farándula estudiantil.
Un poco de historia
El Día del Estudiante es, para los mendocinos, una verdadera tradición popular. Recordemos que Mendoza fue una de las primeras en festejar este día en el país.
En 1919, cientos de estudiantes se agolparon en el Parque San Martín para realizar un corso de flores y festejar su día. A la noche, los alumnos de varios colegios organizaron un colorido acto; lo bautizaron "la Farándula Estudiantil". En aquel "bautismo" avanzó gran cantidad de jóvenes disfrazados en varios carros, adornados con distintas alegorías. Una gran cantidad de público siguió el desfile, muchos de ellos sin imaginarse que sería el primero de una tradición que se prolongaría hasta nuestros días.
Claro que, al día de hoy, como se ha explicado, se ha abandonado el tema del corso de flores y los carros alegóricos. Pero se mantiene la misma expectativa y emoción para cada 21 de septiembre que se aproxima. “Prefiero que me avises si no vas a ir a la escuela, para estar más tranquila”, le dice una madre a su hijo. Pero este prefiere no avisarle, esa es la gracia, que los padres piensen que sus hijos están en la escuela.
Argentino, mendocino. Licenciado en Comunicación Social y Locutor. Emisor de mensajes, en cualquiera de sus formas. Poseedor de uno de los grandes privilegios de la vida: trabajar de lo que me apasiona. Lo que me gusta del mensaje escrito es el arte de la imaginación que genera en el lector. Te invito a mis aventuras.