¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónEntramos en la panadería y ni lo pensamos. Comenzamos a enumerar lo que vamos a incluir en nuestra docena de facturas: sacramentos, vigilantes, bolas de fraile, cañoncitos. Pero ¿alguna vez se pusieron a pensar en lo particular de esos nombres? La cosa es así: nuestras facturas fueron bautizadas para protestar. Y, cada vez que las nombramos, estamos rememorando, en cierta forma, la causa anarquista.
Como muchas de las cosas en este país de tradición inmigrante, todo comenzó con un italiano. En 1887, en Buenos Aires, el anarquista Ettore Mattei creó la primera institución de la resistencia argentina: la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos.
Al año siguiente, los panaderos que formaban parte del sindicato realizaron una huelga que duró más de 15 días. Fue entonces cuando decidieron hacer sus reclamos de una forma diferente: bautizaron a sus creaciones con nombres que –en realidad– representan una protesta a las instituciones contra las que ellos luchaban.
El nombre que engloba a todas estas variedades también es una forma que encontraron los panaderos de hacer ver su trabajo. Al nombrarlas de esta manera, los miembros del sindicato llamaban la atención sobre el valor de su trabajo.
Fecha de Publicación: 18/11/2020
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