Nadie en el pueblo está dispuesto a quedarse afuera de la fiesta. El Carnaval de Monte Caseros es el evento más importante de la ciudad y cada ciudadano cumple su rol dentro de la organización. Llega el verano y en las calles empieza a palparse el ritmo, la música y la ansiedad de su llegada. Para los lugareños se trata de un espectáculo de enorme significado que trasciende la dimensión del entretenimiento. Por el contrario, su realización exhibe las costumbres, prácticas y manifestaciones culturales nativas. Durante todo el año se trabaja arduamente para la puesta en escena. Todo eslabón de la cadena suma, desde los miembros de las comparsas, hasta las familias que contribuyen o los comerciantes de los negocios.
Data de interés
El Carnaval de Monte Caseros tuvo sus comienzos alrededor de la década de los 50. El primer escenario en el que se practicó fue en una antigua plaza, y actual planta potabilizadora de agua. En aquel entonces, estaba prohibido jugar con agua y sólo se permitía el uso del papel picado. Mientras que el evento se llevaba a cabo durante la tarde montecasereña, entre las 16 y las 19 hora, aproximadamente. Luego, en 1962, se trasladó a la mítica Av. Alvear, con modificaciones en el recorrido. En este sentido, el despliegue de las comparsas se extendía a lo largo de tres cuadras, desde la Calle Perelló, hasta Calle España.
Con el correr del tiempo se fueron presentando inconvenientes en lo relacionado a la infraestructura. Uno de ellos tenía que ver con el tamaño de las carrozas, que venían cada vez más grandes. Por lo que había que levantar los cables con un palo para que éstas, a su vez, no chocaran contra ellos. El otro problema era que la convocatoria se empezó a incrementar notablemente para el tamaño del lugar. Así que en el 2000 se decidió desde la organización mover el carnaval a la calle Juan Pujol, en el Corsódromo “Ayala”. Este último quedó como predio oficial hasta el 2008. Sin embargo, a partir de 2009 quedó inaugurado el actual Corsódromo "Pasos de los Higos", contando con un lugar propio.
Magia correntina
El Carnaval de Monte Caseros supo renovarse a través de las generaciones. Por ejemplo, en principio eran bailes de máscaras. Pero desde 1929 los festejos adquirieron un carácter más popular, con encuentros en las calles y donde se premiaba a los disfraces. Después, en 1930, la celebración se desarrollaba en los clubes, presentándose la reina de cada institución. Finalmente, en 1945, se armaron por primera vez las carrozas y desfilaron por la calle Colón. Lo que denota que la concreción de tamaño evento ha atravesado por diversos estadios, superando crisis y apelando a los buenos momentos.
Las comparsas fueron creciendo, las tendencias se modernizaron y los símbolos se resignificaron. Viajando entre la tradición y lo nuevo, el carnaval rescata lo mejor de la identidad local para combinarlo con lo innovador. Estos aspectos se ven reflejado en la cantidad de turistas que acuden a la ciudad para vivir un verano pintoresco y distinto. Aunque nada hubiese sido posible sin el empuje de los lugareños que se esmeran en mantener viva a la celebración. El brillo, los movimientos, las artesanías, el calor y la espuma se apoderan del paisaje para demostrar quienes dirigen la batuta del show.
Argentina, más específicamente de tierras litoraleñas. Nací en Entre Ríos y soy Comunicadora Social. Me especializo en la redacción en todas sus formas e intento crear imágenes mentales a través de las palabras. Melómana y apasionada de la semiótica por las miradas que nos aportan del mundo. La curiosidad siempre me mantiene en movimiento.