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Ir a la secciónDos mujeres de Chubut encontraron la respuesta a esta pregunta y decidieron unirse para hacer “algo” con la basura de las costas madrynenses.
La problemática de la basura en la costa no es nueva. Dos de las ciudades turísticas más importantes de Chubut, Madryn y Puerto Pirámides, continúan siendo epicentro de preocupación entre científicos de la zona.
La falta de conciencia en la sociedad y de políticas públicas llevan a encontrarse con postales de mar y arena con residuos. También, con fauna marina afectada por los efectos de la contaminación. En este contexto, dos mujeres decidieron unirse para hacer “algo” con la basura de las costas madrynenses y abrir un espacio para el debate y la reflexión.
Una científica del CONICET y una artista plástica trabajaron durante más de un año en generar conciencia de la mano del arte. El proyecto “Poéticas al margen” fue el inicio de un gran camino que recorrieron juntas.
En Puerto Madryn (Chubut), la artista Daniela Mastrandrea y la investigadora María Cruz Sueiro (CESIMAR-CONICET) fueron las impulsoras de este proyecto. A pesar de tener distintas miradas, encontrar la forma de propiciar un diálogo entre la ciencia, el arte y la educación.
Daniela recuerda esas primeras sensaciones durante sus salidas al medio. Al recorrer la playa, observaba las grandes cantidades de basura, recolectaba lo que podía y un sabor amargo le invadía la boca. Ella intentaba poner en palabras aquellas sensaciones que le provocaba lo que estaba viviendo. Buscaba conectarse con el ambiente y descifrar aquellos sentimientos que la invadian.
María. en cambio, buscaba ganar objetividad. Para ella, el trabajo de campo era fundamental, así como también la sistematización del muestreo.
María Cruz Sueiro.
Daniela Maestranza.
Después de un año y medio de trabajo, lograron concretar lo que llamaron Museo de Holotipos del Antropoceno. Su nombre nació como un prefijo de su proyecto, buscando incorporar el lenguaje científico en el arte.
La muestra itinerante y virtual exhibió una colección de objetos recolectados de la costa patagónica, y que posteriormente fueron resignificados. Hubo un gran trabajo previo, de conservación y clasificación a partir de información científica referente a la problemática ambiental, recuerda María.
Así, el museo buscó simular un museo tradicional de Ciencias Naturales. No solo se exhibieron las piezas de arte elaboradas por Mastrandrea, sino que además se presentaron los objetos extraídos directamente de la playa. La idea fue simbolizar la presencia humana en el ambiente.
Un dato curioso es que a una sala de este museo itinerante la llamaron “bolsario”. Allí, las madrynenses colocaron algunas especies que construyeron con las bolsas plásticas recolectadas en la costa.
Fecha de Publicación: 21/01/2020
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