Ser Argentino. Todo sobre Argentina

¿Adiós a las monedas argentinas?

Desde el mes de marzo, el Banco Central ha frenado la fabricación de monedas argentinas. Inflación, medios de pago digitales y el alto costo de acuñarlas hacen que estén en peligro de extinción.

Lejos quedaron los tiempos en los que nos peleábamos por las monedas, en los que tener cambio en baja denominación era el anhelo más grande de los pequeños comerciantes y en los que el cliente que pagaba con aquellos redondeles metálicos se convertía en héroe. Las monedas argentinas están en peligro de extinción: desde el mes de marzo, el Banco Central ha frenado completamente su fabricación. ¿Cuáles son los motivos?

Motivo 1: Por supuesto, la inflación

La inflación es una constante en nuestra vida que parece abarcarlo todo. Llevar monedas encima es molesto, ocupan lugar y, sobre todo, no sirven para nada. Nadie las quiere porque no alcanzan para comprar ni un caramelo, con los índices de inflación que se disparan mes a mes y que hacen que el dinero vaya perdiendo valor casi minuto a minuto.

Ni siquiera las monedas de mayor valor, es decir, las de 5 y 10 pesos, que son relativamente “nuevas” (se lanzaron entre 2017 y 2018), se están acuñando en la actualidad. Desde hace unos 9 meses, se mantiene la misma cantidad de monedas en circulación: 9738,6 millones de unidades, entre las 9 denominaciones que existen actualmente, de acuerdo con los datos publicados por el BCRA.

Motivo 2: Las nuevas tecnologías de pago

Al hecho de que las monedas argentinas ya prácticamente no tienen valor, se suman las nuevas modalidades de pago electrónico que han ido incorporando los ciudadanos, las cuales tuvieron un gran impulso debido a la pandemia. 

Estos sistemas tecnológicos —como la tarjeta SUBE para viajar en transporte público, el débito automático y las billeteras electrónicas con código QR— resultan más prácticos y económicos que el efectivo en todos sus formatos, entre ellos, las monedas. De hecho, la utilización de efectivo en la Argentina, y en toda América Latina, está ligada en gran medida a la economía informal, en la que el dinero no registrado se mueve mayormente en este formato.

De esta manera, termina perdiendo sentido la utilización de monedas en sí. La elección de un soporte más resistente que el de los billetes viene dada por el hecho de que es un formato que está pensado para que tenga mucha rotación y que pase de mano en mano durante mucho tiempo. Sin embargo, entre la inflación y los nuevos hábitos de pago que han incorporado los argentinos, la producción de monedas no tiene razón de ser. 

La solución podría ser acuñar monedas de denominaciones más altas, como $20, $50 o $100, lo que implicaría también la emisión de billetes con valores más elevados, algo que el Gobierno nacional aclaró en más de una ocasión que no quiere llevar a cabo. 

Motivo 3: El costo de acuñarlas es más elevado que su valor real

Parece una broma, pero es real: confeccionar una moneda argentina tiene un costo más alto que su valor nominal. Es decir, el material con el que están fabricadas es más caro que el valor real que tiene la moneda en el mercado. Acuñar las monedas y luego distribuirlas logísticamente por todo el país representa un valor mayor al que tienen las monedas en sí mismas. Esto trae una consecuencia impensada: muchas de ellas son revendidas y retiradas de la circulación por particulares para fundirlas y aprovechar el metal.

El precio de fabricar las monedas está en dólares y el Banco Central paga ese valor al tipo de cambio del dólar mayorista, cuya cotización ronda los $142. El costo total de la acuñación incluye el costo del material, sumado a la mano de obra, el empaque de las unidades y la entrega final al Banco Central, todo esto con sus impuestos correspondientes.

De esta forma, acuñar una moneda de $1 y $2 sale tres o cuatro veces más que su valor nominal: el valor de una moneda de $1 es de $4,25 (0,03 USD) y el de una moneda de $2 es de $5,66 (0,04 USD). Por su parte, la moneda de $5 sale $7,08 (0,05 USD) y la de $10 vale $21,23 (0,15USD), ya que esta última está realizada con una aleación metálica y es la más cara de producir.

Parece, entonces, que llegó el momento de atesorar las monedas que quedaron dando vueltas por la casa como reliquias de tiempos pasados. 

 

Imágenes: BCRA

Rating: 0/5.